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Salud

Cinco cosas que debes saber sobre el Helicobacter Pylori

Cuando pensamos en problemas estomacales, a menudo pasamos por alto la existencia de una bacteria que puede habitar en nuestro organismo sin que lo sepamos: el Helicobacter Pylori. Esta bacteria, que puede vivir en el estómago durante años sin mostrar signos evidentes, es responsable de una serie de afecciones que van desde la gastritis crónica hasta las úlceras gástricas.

¿Qué es el Helicobacter Pylori?

Se trata de una bacteria que juega un papel crucial en la salud gastrointestinal. Este microorganismo, a menudo conocido simplemente como H. pylori, habita en el estómago humano y puede causar diversas afecciones. Conocer sus características y cómo fue descubierto es esencial para entender su impacto.

El Helicobacter pylori es una bacteria gram-negativa con forma de espiral. Esta peculiar forma le permite moverse y sobrevivir en el entorno ácido del estómago. Entre sus características más destacadas se encuentran:

  • Forma helicoidal: Le permite penetrar la mucosa gástrica con facilidad.
  • Flagelos: Estos apéndices móviles le ayudan a desplazarse.
  • Producción de ureasa: Esta enzima neutraliza el ácido estomacal, creando un ambiente más apto para la supervivencia de la bacteria.

Esta bacteria fue descubierta en 1982 por los investigadores australianos Barry Marshall y Robin Warren. Antes de su hallazgo, se pensaba que el ambiente ácido del estómago era inhóspito para cualquier forma de vida. Sin embargo, Marshall y Warren demostraron que esta bacteria no solo sobrevivía, sino que también estaba relacionada con la gastritis y las úlceras pépticas. Por este descubrimiento, ambos científicos recibieron el Premio Nobel de Medicina en 2005.

La presencia del H. pylori en el estómago puede generar varias afecciones, tales como:

  • Gastritis crónica
  • Úlceras gástricas y duodenales
  • Riesgo aumentado de cáncer gástrico

Formas de transmisión

El Helicobacter Pylori es una bacteria capaz de colonizar el estómago humano y causar múltiples problemas gastrointestinales. Entender cómo se transmite es esencial para prevenir infecciones y proteger nuestra salud. Aquí se describen las dos principales formas de transmisión de esta bacteria.

Transmisión fecal-oral

Una de las vías más comunes de transmisión es la fecal-oral. Esta bacteria puede encontrarse en las heces de una persona infectada. Si alguien entra en contacto con estas heces y luego se lleva las manos a la boca sin haberlas lavado adecuadamente, puede ingerir la bacteria y quedar infectado.

Esta forma de transmisión resalta la importancia de la higiene:

Lavarse las manos correctamente: especialmente después de usar el baño y antes de comer.

Higiene en los alimentos: asegurarse de que verduras y frutas estén bien lavadas y que los alimentos estén cocidos adecuadamente.

Acceso a agua potable y saneamiento: es crucial en áreas donde el acceso a servicios básicos es limitado.

Transmisión oral-oral

Otra forma de transmisión importante es la oral-oral. Esta puede estar presente en la saliva de una persona infectada. Por lo tanto, el contacto con la saliva de alguien que tenga la bacteria puede llevar a la infección. Este tipo de transmisión puede ocurrir a través de:

Besar a alguien en la boca: un acto común que puede facilitar la diseminación de la bacteria.

Compartir utensilios: como cucharas, tenedores, vasos o incluso cepillos de dientes.

Contacto cercano durante la alimentación: especialmente entre padres e hijos cuando prueban la comida de los niños.

Síntomas y complicaciones

El Helicobacter Pylori es una bacteria que puede pasar desapercibida al principio, pero a medida que avanza, puede causar una variedad de síntomas y llevar a complicaciones serias. Conocer estos síntomas y las posibles complicaciones es clave para buscar tratamiento temprano y evitar problemas mayores.

Cuando una persona está infectada puede experimentar varios síntomas. Aquí se enumeran algunos de los más comunes:

Dolor abdominal: este dolor suele localizarse en la parte superior del abdomen y puede ser constante o intermitente.

Náuseas: la sensación de querer vomitar es frecuente en las personas infectadas, especialmente después de comer.

Pérdida de apetito: la falta de ganas de comer puede llevar a una pérdida de peso no intencionada.

Hinchazón: muchas personas reportan sentir el estómago hinchado, especialmente después de las comidas.

Eructos frecuentes: la infección puede causar un aumento de gases en el estómago, lo que lleva a eructos frecuentes.

Indigestión: sensación de malestar o ardor en el estómago que no desaparece.

Foto Freepik

Complicaciones de salud

Si la infección no se trata a tiempo, puede llevar a serias complicaciones. Aquí se describen algunas de las más importantes:

Úlceras gástricas y duodenales: la bacteria puede dañar el revestimiento del estómago y el intestino, formando llagas conocidas como úlceras. Estas pueden causar dolor intenso y sangrado.

Gastritis crónica: la inflamación persistente del revestimiento del estómago puede llevar a una gastritis crónica, la cual puede ser muy dolorosa y debilitante.

Cáncer de estómago: la infección crónica por H. pylori aumenta el riesgo de desarrollar cáncer gástrico. Aunque no todas las personas infectadas desarrollarán cáncer, el riesgo es significativamente mayor.

Linfoma MALT: este es un tipo de cáncer que afecta el tejido linfático del estómago. Se asocia directamente con la infección por Helicobacter Pylori y puede ser muy serio si no se trata.

Diagnóstico

Detectar una infección por H. pylori es fundamental para manejar adecuadamente sus efectos en la salud. Existen varios métodos diagnósticos que los médicos usan para identificar la presencia de esta bacteria. Aquí te explicamos dos de las pruebas más efectivas y comunes.

Pruebas de aliento

Las pruebas de aliento son un método sencillo y no invasivo para identificar una infección. Esta prueba se realiza en varias etapas:

Ingesta de una sustancia especial: el paciente bebe una solución que contiene urea marcada con un isótopo inofensivo.

Recolección de aire espirado: después de un tiempo, el paciente sopla en un globo o tubo especial.

Análisis del aliento: si el H. pylori está presente, la bacteria descompone la urea liberando dióxido de carbono marcado, que se detecta en el aire espirado.

Endoscopia y biopsia

La endoscopia, a veces acompañada de una biopsia, es un procedimiento más invasivo, pero muy detallado, esencial para diagnósticos más precisos o cuando otros métodos no son concluyentes. Este procedimiento se realiza en varias fases:

Preparación del paciente: el paciente recibe anestesia local en la garganta y, en algunos casos, sedación.

Inserción del endoscopio: un tubo delgado y flexible con una cámara en el extremo (endoscopio) se inserta a través de la boca hasta el estómago y el duodeno.

Inspección visual: el médico observa directamente el revestimiento del estómago y el duodeno.

Toma de muestras: pueden tomarse pequeñas muestras de tejido (biopsias) del revestimiento gastrointestinal.

Tratamiento de Helicobacter Pylori

El tratamiento para erradicar la infección es fundamental para combatir esta bacteria y prevenir complicaciones gastrointestinales. Se basa en diversas estrategias terapéuticas que se enfocan en eliminar efectivamente el H. pylori del organismo infectado. A continuación, se detallan las opciones de tratamiento disponibles:

Terapia de combinación

La terapia de combinación es una estrategia comúnmente utilizada para tratar la infección por Helicobacter Pylori. Consiste en la administración simultánea de varios medicamentos, como antibióticos e inhibidores de la bomba de protones, durante un período determinado. Esta combinación de fármacos busca atacar la bacteria desde diferentes frentes, aumentando la eficacia del tratamiento y reduciendo la posibilidad de resistencia bacteriana. La terapia de combinación ha demostrado ser efectiva en la erradicación del H. pylori y en la mejora de las condiciones de salud gastrointestinal.

Resistencia a los antibióticos

La resistencia a los antibióticos representa un desafío significativo en el tratamiento de la infección por Helicobacter Pylori. La bacteria puede desarrollar resistencia a ciertos antibióticos utilizados en los esquemas terapéuticos estándar, lo que dificulta su erradicación. Esta resistencia puede surgir debido al uso inadecuado de antibióticos o a la exposición previa a estos medicamentos. La presencia de cepas resistentes de H. pylori puede impactar negativamente en la efectividad del tratamiento, prolongar la infección y aumentar el riesgo de complicaciones gastrointestinales.

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