Exposición excesiva al sol
La exposición al sol es la principal causa del envejecimiento prematuro de la piel. Además de aumentar el riesgo de cáncer de piel, la exposición a los rayos UVA y UVB puede provocar arrugas, manchas de la edad y rojeces visibles. Asegúrate de proteger tu piel del sol usando protector solar y evitando la exposición excesiva.
No desmaquillarse
No desmaquillarse antes de dormir es otro hábito que puede dañar tu piel. Si no limpias la cara antes de acostarte, dejas suciedad, grasa, contaminantes y maquillaje en el rostro, lo que puede provocar poros obstruidos, erupciones, irritación y otros problemas.
Duchas largas y calientes
Las duchas largas y calientes pueden también dañar la piel. Si bien es importante lavarse, una ducha demasiado caliente y prolongada puede provocar piel escamosa y seca. Evita el uso de agua caliente en exceso y no te excedas en el tiempo que pasas en la ducha.
Fumar
Fumar también es un hábito que daña la piel. La nicotina contrae los capilares que llevan la sangre a la superficie de la piel, inhibiendo la renovación celular y la eliminación de toxinas. Además, libera una enzima que descompone el colágeno y la elastina, lo que provoca un envejecimiento prematuro de la piel.
Consumir mucha azúcar
El consumo excesivo de azúcar puede provocar cambios hormonales similares al estrés, lo que daña las fibras de colágeno y elastina en el cuerpo. Además, puede causar daños al sistema cardiovascular y a la piel, al igual que el tabaco y los alimentos grasos. El alcohol también es perjudicial, ya que aumenta la sequedad de la piel y la inflamación.
Estrés
El estrés es malo para todo el cuerpo, pero puede manifestarse fácilmente en la piel con eccemas y caspa. Es importante encontrar formas de relajarse y dormir bien, ya que la falta de sueño puede afectar la capacidad de renovación de las células de la piel.
Exfoliación excesiva
Exfoliar la piel con demasiada frecuencia o de forma brusca puede causar daños importantes, y el uso de un exfoliante físico puede dejar la piel sensible e incluso favorecer la rotura de vasos sanguíneos.
Ir demasiado a la piscina
Nadar con frecuencia en la piscina puede dañar la piel debido al cloro, que puede privar al cabello y a la piel de los aceites naturales que necesitan para mantenerse protegidos. Es importante lavarse bien y aplicar una crema hidratante y protectora después de cada baño.
Falta de ejercicio
El ejercicio es beneficioso para la piel, ya que facilita la renovación de las células y favorece la circulación del líquido linfático, que ayuda a eliminar los desechos y aportar nutrientes. Cualquier tipo de ejercicio es bueno, incluso un paseo a paso ligero.
Utilizar demasiados productos
Es importante no utilizar demasiados productos en la piel, ni utilizar siempre los mismos. Si eres alérgico, es recomendable probarlos en una pequeña zona de la piel antes de aplicar cosméticos, lociones y limpiadores, eligiendo un lugar del brazo para evitar una reacción alérgica inesperada.
