Conoce algunas enfermedades y problemas relacionados con el estrés
El estrés adopta muchas formas, puede ser aguda (a corto plazo) o crónica (a largo plazo) y aparece por un acontecimiento común, como puede ser el trabajo, un acontecimiento traumático (el accidente de un familiar) o incluso aparecer por una causa imposible de detectar a simple vista. De hecho, el estrés es algo de lo que no siempre se es consciente y es posible estar estresado y no darse cuenta.
Los síntomas del estrés pueden afectar el cuerpo, los pensamientos, los sentimientos y el comportamiento general de una persona. Ser capaz de reconocer los síntomas comunes del estrés puede ser útil para gestionarlo y evitar la aparición de varias enfermedades, como la hipertensión, las enfermedades cardíacas, la obesidad y la diabetes.
Entre los problemas de salud más comunes relacionados con el estrés tenemos:
Enfermedades del corazón
Cuando uno se encuentra extremadamente estresado, los latidos del corazón y la respiración se aceleran, los músculos se tensan y las palmas de las manos sudan. Esta es la respuesta natural del cuerpo ante el estrés y está causada por la liberación de hormonas, incluyendo el cortisol y la adrenalina.
Aunque todavía no se ha demostrado científicamente, los estudios iniciales sugieren que el estrés crónico y un nivel poco saludable de estas hormonas estarían contribuyendo a la inflamación del músculo cardíaco, por lo que aumenta la posibilidad de desarrollar alguna enfermedad cardiaca.
Obesidad
Un exceso de grasa acumulada en el abdomen tiene mayores riesgos para la salud que los depósitos de grasa en las piernas o las caderas. El hábito de los atracones suele estar relacionado con el estrés, y la obesidad causada por los hábitos alimentarios ligados al estrés pueden provocar graves problemas de salud como diabetes, hipertensión y enfermedades cardíacas.
Síndrome del intestino irritable (SII)
Se trata de un trastorno crónico común que afecta al intestino grueso, provocando cólicos, dolor, hinchazón y diarrea o estreñimiento. Las convulsiones son desencadenadas por varios factores, entre ellos el estrés. De hecho, casi el 60% de las personas con SII cumplen los criterios de un trastorno como la ansiedad o la depresión. Estas personas también suelen sufrir trastornos del estado de ánimo, como ansiedad o depresión, y algunos de los trastornos del estado de ánimo también pueden surgir debido a los síntomas del SII mal gestionados.
Depresión y ansiedad
Se ha demostrado que el estrés puede ser un factor clave en la aparición de enfermedades como la ansiedad y la depresión. Una encuesta reciente descubrió que las personas estresadas en su trabajo tenían un 80% más de riesgo de desarrollar depresión con el tiempo, en comparación con los trabajadores con menos estrés.
Cefaleas tensionales
Los dolores de cabeza o en el cuello son un signo clásico de la cefalea tensional. Esta suele desencadenarse por un solo acontecimiento estresante, pero, en caso de que se sufra de estrés crónico, también es posible padecer cefaleas tensionales crónicas, haciendo que llevar el día a día sea completamente imposible.
Diabetes
Las personas predispuestas a la diabetes, ya sea por sus antecedentes familiares o por sus hábitos de vida, pueden aumentar el riesgo de comer en exceso debido a los efectos del estrés.
Enfermedad de Alzheimer
Todavía no se ha podido confirmar la conexión entre el estrés y la enfermedad de Alzheimer, pero se cree que un alto nivel de estrés provoca inflamación en el cerebro, haciéndolo más susceptible a los problemas de salud en general.
¿Cómo tomar medidas para controlar el estrés?
Si tienes síntomas de estrés, seguir algunos consejos puede tener muchos beneficios para la salud. Te animamos a explorar estrategias de gestión del estrés como:
- Realizar actividad física con frecuencia.
- Practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación, el yoga o los masajes.
- Mantener el sentido del humor.
- Pasar tiempo con la familia y los amigos.
- Dedicar tiempo a tus aficiones, como leer un libro o escuchar música.
- Dormir mucho y llevar una dieta equilibrada, evitando el consumo de tabaco, el exceso de cafeína, alcohol y el uso de sustancias ilegales.