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10 personas explican la razón exacta por la que engañaron a su cónyuge

La infidelidad es un tema delicado y complejo que afecta a muchas parejas en todo el mundo. A pesar de los esfuerzos por mantener relaciones sólidas y duraderas, lamentablemente, algunas personas sucumben a la tentación de engañar a su cónyuge. Entender las razones detrás de este comportamiento es fundamental para abordar el problema de manera efectiva y evitar que se repita.

En este artículo, hemos recopilado las historias personales de 10 personas que han admitido haber engañado a su pareja. Cada una de ellas comparte la razón exacta que los llevó a tomar esa decisión, brindándonos una perspectiva única y valiosa sobre este fenómeno.

Razones emocionales

  • Falta de conexión emocional: Ana, de 35 años, cuenta: «Después de varios años de matrimonio, sentía que mi esposo y yo habíamos perdido la chispa. Nos habíamos distanciado emocionalmente y ya no teníamos la misma complicidad de antes. Me sentía sola y buscaba llenar ese vacío con alguien más».
  • Sentimientos de inseguridad: Jorge, de 42 años, explica: «Siempre me he sentido inseguro sobre mi valor como pareja. Cuando conocí a alguien que me hizo sentir atractivo y apreciado, no pude resistir la tentación de tener una aventura. Fue una forma de compensar esa falta de autoestima».
  • Necesidad de atención y validación: Sofía, de 28 años, confiesa: «Me sentía ignorada y poco apreciada por mi pareja. Buscaba desesperadamente la atención y la validación que no recibía en mi matrimonio. Engañar a mi esposo fue una forma de llenar ese vacío emocional».

Razones sexuales

  • Falta de satisfacción sexual: Pedro, de 39 años, comenta: «Nuestra vida sexual se había vuelto monótona y predecible. Sentía que necesitaba más emoción y pasión en mi vida íntima. Engañé a mi esposa porque buscaba experimentar nuevas sensaciones y aventuras sexuales».
  • Deseo de probar algo diferente: Lucía, de 32 años, reconoce: «Aunque amo a mi pareja, a veces me siento atraída por la idea de estar con alguien más. La curiosidad y el deseo de probar algo nuevo me llevaron a tener una aventura. Fue una decisión impulsiva que lamento profundamente».
  • Búsqueda de excitación y adrenalina: Javier, de 45 años, explica: «La rutina y la monotonía de mi matrimonio me estaban aburriendo. Sentía la necesidad de experimentar algo emocionante y desafiante. Engañar a mi esposa me proporcionaba esa sensación de adrenalina y aventura que buscaba».

Razones de insatisfacción

  • Insatisfacción con la relación: María, de 37 años, comparte: «Después de años de luchar por mantener viva nuestra relación, finalmente me rendí. Sentía que mi esposo y yo ya no teníamos nada en común y que nuestra conexión se había perdido por completo. Engañarlo fue una forma de escapar de esa insatisfacción».
  • Falta de crecimiento personal: Andrés, de 41 años, confiesa: «Sentía que mi matrimonio me estaba limitando y que no me permitía crecer como persona. Engañar a mi esposa fue una manera de sentir que tenía el control sobre mi vida y de buscar experiencias que me hicieran sentir más realizado».
  • Desacuerdos irreconciliables: Valeria, de 30 años, explica: «Mi esposo y yo teníamos diferencias fundamentales que no lográbamos resolver. Nuestros valores y metas en la vida eran incompatibles, y eso generaba constantes conflictos. Engañarlo fue una forma de escapar de esa situación insatisfactoria».
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Razones de venganza

  • Infidelidad previa de la pareja: Alejandro, de 35 años, cuenta: «Mi esposa me había engañado en el pasado, y yo sentía que merecía una oportunidad para vengarme. Engañarla fue mi forma de equilibrar la balanza y de demostrarle que también podía ser infiel».
  • Sentimientos de traición y resentimiento: Gabriela, de 39 años, expresa: «Después de descubrir que mi pareja me había mentido y ocultado cosas, me sentí traicionada y llena de resentimiento. Engañarlo fue mi manera de desquitarme y de hacerle sentir el mismo dolor que yo experimenté».
  • Deseo de venganza y castigo: Rodrigo, de 43 años, confiesa: «Estaba tan enojado y herido por la forma en que mi esposa me había tratado que sentí la necesidad de castigarla. Engañarla fue mi forma de vengarme y de hacerle pagar por el daño que me había causado».

El papel del aburrimiento en la infidelidad

  • Monotonía y rutina en la relación: Carla, de 34 años, comenta: «Después de tantos años de matrimonio, nuestra relación se había vuelto monótona y predecible. Sentía que necesitaba algo nuevo y emocionante en mi vida. Engañar a mi esposo fue una forma de romper con esa rutina y de sentir que aún podía experimentar algo diferente».
  • Falta de desafíos y estímulos: Ernesto, de 38 años, explica: «Mi matrimonio se había vuelto demasiado cómodo y seguro. Sentía que ya no había nada que me desafiara o me hiciera sentir vivo. Engañar a mi esposa fue una manera de buscar algo que rompiera con esa abrumadora sensación de aburrimiento».
  • Necesidad de emoción y aventura: Daniela, de 31 años, confiesa: «A veces, siento que mi vida es demasiado predecible y aburrida. Engañar a mi pareja me proporcionaba esa sensación de emoción y aventura que tanto anhelaba. Fue una decisión impulsiva, pero en ese momento me pareció la única forma de escapar de la monotonía».

Razones de falta de comunicación

  • Incapacidad para expresar necesidades: Julián, de 40 años, comparte: «Siempre me ha costado mucho comunicar abiertamente mis sentimientos y necesidades a mi esposa. En lugar de hablar con ella sobre mis inquietudes, opté por buscar satisfacción en otra persona. Eso fue un error que lamento profundamente».
  • Problemas de comunicación en la pareja: Natalia, de 36 años, explica: «Mi esposo y yo teníamos grandes dificultades para comunicarnos de manera efectiva. Nuestras discusiones a menudo se volvían acaloradas y nos distanciaban aún más. En lugar de trabajar en mejorar nuestra comunicación, busqué consuelo en los brazos de otro».
  • Falta de apertura y vulnerabilidad: Sebastián, de 39 años, confiesa: «Me cuesta mucho ser vulnerable y abrirme emocionalmente con mi pareja. En lugar de trabajar en eso, preferí mantener una aventura secreta. Fue una decisión egoísta que lamento profundamente y que ha dañado severamente nuestra relación».

Circunstancias que facilitaron la infidelidad

  • Viajes de negocios y separación física: Alejandra, de 35 años, cuenta: «Debido a mi trabajo, tengo que viajar constantemente y pasar largas temporadas lejos de mi esposo. En uno de esos viajes, tuve la oportunidad de conocer a alguien y sucumbí a la tentación. Fue una decisión impulsiva que lamento mucho».
  • Eventos sociales y alcohol: Martín, de 42 años, explica: «Asistí a una fiesta de trabajo donde el alcohol y la euforia del momento me llevaron a tener una aventura con una compañera. Fue un error de juicio que cometí en un momento de debilidad y que ha tenido un impacto devastador en mi matrimonio».
  • Amistades y círculos sociales: Vanessa, de 31 años, confiesa: «Algunas de mis amistades más cercanas también eran infieles a sus parejas. Estar rodeada de ese ambiente normalizado la infidelidad hizo que fuera más fácil para mí tomar la decisión de engañar a mi esposo. Fue una elección que lamento profundamente».
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Veronica Pereira

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