Enfermedades en el hígado: estos son las más comunes y cómo prevenirlas
Los hábitos que se adoptan a lo largo de la vida tiene mucho que ver en esto
La función principal del hígado es mantener el cuerpo limpio y descomponer los alimentos para convertirlos en energía y eliminar diversas toxinas. En este sentido, las enfermedades hepáticas son aquellos trastornos que impiden que este órgano funcione de manera óptima y genere otros efectos secundarios.
En particular, el hígado realiza funciones muy importantes, dentro de las cuales están:
- Poner en marcha el metabolismo.
- La digestión de los alimentos.
- La eliminación de sustancias tóxicas.
- La defensa del organismo.
Además, mediante la producción de bilis, el hígado permite la digestión de las grasas y las vitaminas liposolubles (A, D, E, K). Así las cosas, el hígado puede:
- Regular los niveles de glucosa en sangre.
- Mantener el equilibrio del metabolismo al descomponer la insulina y utilizar las proteínas para producir energía.
- Producir ciertos factores de coagulación que permiten que la sangre fluya.
- Eliminar los glóbulos rojos envejecidos o dañados para apoyar la función del bazo.
- Estimular al sistema inmunitario para prevenir la presencia de agentes patógenos que puedan afectar a la salud del organismo.
- Desempeña un papel importante como filtro de toxinas a través de sus células que neutralizan las sustancias tóxicas y cualquier residuo.
¿Cuáles son las principales enfermedades que aparecen en el hígado?
El daño hepático generalmente es causado por el consumo de alcohol y grasas, así como por infecciones virales, drogas y sustancias tóxicas. Las enfermedades más comunes son:
Hepatitis vírica
La hepatitis viral aguda se caracteriza por una inflamación generalizada del hígado causada por virus llamados «hepatotropos» los cuales tienen diferentes modos de transmisión y epidemiología. Los virus de la hepatitis A, B, C y D son las principales causas de hepatitis aguda y crónica.
Cirrosis hepática
Es una enfermedad crónica causada por la cicatrización del tejido hepático, el cual se remonta a un largo periodo de daños hepáticos constantes. El término «cirrosis» significa «enfermedad hepática avanzada». Los síntomas pueden incluir fatiga, ictericia, falta de apetito, acumulación de líquido en el abdomen (ascitis), náuseas y pérdida de peso.
Hepatocarcinoma
Es un tipo de tumor maligno que a menudo se diagnostica solo cuando ya se encuentra en una fase avanzada, ya que los síntomas son leves o están ausentes durante sus primeras fases. Por lo tanto, la prevención juega un papel fundamental en las personas predispuestas (aquellos que ya tienen una enfermedad hepática). Los factores de riesgo son la cirrosis hepática, la hepatitis B y C, el consumo elevado de alcohol y factores de riesgo como el tabaquismo y la obesidad.
Hígado graso
El hígado graso (o esteatosis hepática) es una enfermedad que se caracteriza por la acumulación de grasa en las células del hígado. En algunos casos particulares el hígado es incapaz de eliminar las grasas. La esteatosis no suele dar síntomas, pero puede provocar inflamación y cirrosis hepática con daños permanentes en el hígado.
¿Cómo prevenir la aparición de enfermedades hepáticas?
Nuestro grado de salud está directamente relacionado con la forma en la que vivimos nuestro día a día y hábitos generales. Llevar una vida descuidada no parece gran cosa cuando somos jóvenes, pero nuestras elecciones de hoy afectarán en gran medida a nuestra vejez.
Pues bien, ahora veamos una lista de consejos sencillos que puedes aplicar para mantener tu hígado sano:
- Aumenta tu ingesta de verduras a un mínimo de tres raciones por día, ya que son ricas en fibra dietética y antioxidantes.
- Incluye más pescado, especialmente pescado de tipo azul, ya que es rico en ácidos grasos Omega 3.
- Incluye más alimentos ricos en vitamina E como los frutos secos, las verduras de hoja verde, los cereales integrales y el aceite de oliva.
- Opta por alimentos ricos en grasas insaturadas, algunas opciones son la pasta, el pan y el arroz integrales.
- Los embutidos como el jamón, el jamón cocido, la bresaola, el asado/pollo frío o la grupa de pavo, están permitidos siempre y cuando no tengan grasa y no más de una o dos veces por semana.
- Queso fresco o curado en porciones moderadas.
Los siguientes alimentos es mejor limitarlos o eliminarlos de la dieta:
- Alcohol y bebidas espirituosas.
- Bebidas carbonatadas.
- Zumos de fruta ricos en azúcar o edulcorantes.
- Dulces rellenos.
- Frituras
- Embutidos salados.
- Toda la comida rápida.
- Grasas animales como la mantequilla, la manteca de cerdo, la nata y la mayonesa.