¿Es mi hijo hiperactivo? 9 señales para detectarlo
El TDAH es una afección crónica que afecta a un gran número de niños y en muchas ocasiones continúa en la edad adulta. Es considerado como un trastorno del neurodesarrollo que corresponde a un desequilibrio en los neurotransmisores que circulan por el cerebro, el cual abarca una combinación de problemas persistentes, entre ellos encontramos la dificultad para mantener la atención, la hiperactividad y el comportamiento impulsivo. De hecho, según algunos estudios, en España, alrededor del 5% de los niños y el 3% de los adultos padecen trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad.
Síntomas del TDAH
Estas señales que pueden llevar a presentar los niños dificultan e interfieren en la realización de muchas actividades diarias, tanto propias como colectivas, dando lugar a problemas que no saben cómo abordar. Además de estos signos, se aprecian problemas y dificultades en el aprendizaje dentro y fuera del hogar. Estas son algunas señales que debes tener en cuenta:
Hiperemocionalidad
El niño parece tener dificultades para gestionar sus emociones, sobre todo cuando estas son fuertes, por lo que parece estar «al límite». Llora desesperadamente, se ríe, tiene rabietas, todo esto de forma demasiado intensa.
Cambios de humor
En múltiples ocasiones, el niño repentinamente hace rabietas, que ocurren cuando parece estar tranquilo. Su estado de ánimo no es estable, por lo que puede cambiar a lo largo del día. Tiene un temperamento «explosivo»: no tolera la frustración.
Habla demasiado
No importa en qué sitio se encuentre el pequeño, ya sea en la escuela o en la casa, al niño le es imposible dejar de hablar. En todo momento comenta lo que está haciendo en voz alta, corta el discurso o habla sin permiso.
Molesta a sus compañeros y familiares
Tanto en clase como en casa, el niño suele interrumpir las actividades que estén realizando sus compañeros y familiares porque les cuesta «esperar su turno»; también toma los juguetes de los demás niños sin que ellos se lo haya prestado.
Impulsividad
El pequeño reacciona muy rápido sin pensar antes de actuar. No espera a recibir todas las instrucciones ni evaluar las consecuencias negativas o, en el peor de los casos, peligrosas que pueden generar sus actos.
Se despista con facilidad
El pequeño olvida con mucha frecuencia donde deja sus cosas, también las obligaciones de la escuela y sus tareas diarias, pierde regularmente los juguetes y la ropa, se detiene constantemente en el camino porque ha olvidado lo que tiene que hacer.
Desorientación
El menor está soñando despierto, por lo que muchas veces decimos que «está en la luna». Por lo general, da la impresión de no escuchar cuando se le habla, es soñador, queda absorto con sus pensamientos, es capaz de permanecer «en su cabeza» durante mucho tiempo.
Dificultad para concentrarse
El niño presenta ciertas dificultades para mantener la concentración durante varios minutos seguidos, sobre todo si la tarea es repetitiva. Por esta razón, acatar ordenes, realizar deberes escolares o juegos tranquilos como los rompecabezas o los juegos de construcción, son acciones que se les dificulta conseguir.
Incapacidad de estar quieto
El niño tiene periodos de hiperactividad cuando necesita moverse, por ejemplo: en casa, es incapaz de ver una película entera, siempre está molestando con cualquier objeto que tenga a la mano o, en el caso del colegio, se inquieta en su puesto y se levanta sin permiso. Sin embargo, ten mucho cuidado, ya que en muchas situaciones este signo no está presente en los niños hiperactivos.