Comer ajo podría ser la clave para tener un intestino sano. La planta, una de las más utilizadas en el mundo para cocinar, contiene grandes cantidades de fibras naturales que aumentan nuestras bacterias «buenas». Fue discutido en un evento de investigación sobre el envejecimiento organizado por Yakult en Tokio, Japón. Este condimento parece ser una verdadera panacea para la salud, aparte de su olor, que les resulta muy desagradable.
Tal y como se indica en el Mirror, la compañía está estudiando el impacto en las poblaciones europeas de las bebidas de yogur probiótico que contienen bacterias buenas. El profesor Eric Claassen, de la Universidad de Ámsterdam, explicó cómo una dieta rica en verduras y baja en azúcar es la mejor para un intestino sano. «Sabemos que en los estilos de vida modernos puede ser difícil mantener una dieta baja en azúcar», especificó.
Un estudio realizado por Gauri Desai, epidemiólogo de la Universidad de Buffalo, ha demostrado que el ajo y la cebolla, aún mejor si se consumen juntos en sofritos, podrían tener un poderoso efecto protector contra el cáncer de mama. El sofrito más de una vez al día reduce el riesgo en un 67%.
Estudios anteriores ya han premiado el consumo de ajo, cebolla y otras plantas de la misma familia (desde el puerro hasta el cebollino) como aliados en la prevención de enfermedades, incluyendo algunos cánceres. Sin embargo, por primera vez el enfoque se centró en el cáncer de mama, eligiendo a la población puertorriqueña por dos razones: la primera es que la tasa de cáncer de mama es mucho más baja para las mujeres puertorriqueñas que para las de los Estados Unidos y luego porque su tradición culinaria prevé el sofrito.
Los epidemiólogos pidieron a las mujeres que rellenaran cuestionarios detallados sobre los alimentos, especificando el consumo de ajo y cebolla y las cantidades medias. Bueno, resultó que consumirlos reduce el riesgo de contraer cáncer de mama dependiendo de la dosis, es decir, cuanto más se consume, mayor es la protección contra el cáncer.
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