Lo dice la ciencia: dormir al lado de una persona que ronca es malo para la salud
El ronquido es ese sonido áspero, grave y continuo, que se hace cuando la respiración se bloquea mientras duerme. El sonido es originado por tejidos en la parte superior de las vías respiratorias que se chocan entre sí y vibran.
Roncar es una verdadera angustia para todos, tanto para los que emiten el sonido como para los que lo escuchan. Pero lamentablemente la incomodidad no sería el único problema.
Esto dicen los diferentes estudios.
Un reciente estudio realizado por investigadores de la Escuela de Medicina John Hopkins, reveló que dormir junto a una persona que ronca puede ser nocivo para la salud. Posiblemente, los acompañantes de los roncadores se lo hayan imaginado, por las dificultades que tienen para conciliar el sueño todas las noches.
Sin embargo, la rabia y la agonía con la que muchos se despiertan cada mañana no sería el único inconveniente. En realidad, la contaminación auditiva podría incluir un aumento en la presión arterial.
Otro estudio realizado por investigadores de la Universidad de Baltimore, Maryland, se dieron a la tarea de analizar a 162 roncadores profesionales y sus parejas, encontrando consecuencias muy interesantes. “El ruido derivado de los ronquidos representa una fuente real de contaminación acústica en la habitación”, explican los investigadores. El tipo de ronquidos es una finalidad importante para poder mitigar el sonido y sus efectos negativos en los compañeros de cama.
Roncar es mucho más perjudicial de lo que pensamos.
En realidad, los investigadores encontraron que un ruido fuerte y prolongado como estos, podía aumentar la presión arterial de las parejas que acompañan a los que roncan. El 14% de los resultados del estudio produjeron ruidos que contenían niveles de decibelios superiores a 53, algo menos que el sonido que produce un teléfono residencial con timbre continuo.
Según los expertos, un nivel de ruido tan alto por la noche puede llevar a no dormir o descansar lo suficiente. De aquí resultan la fatiga cardiovascular y una gran dificultad para regular las hormonas del estrés.
Es fundamental comprender el alcance de todos estos problemas y entender las señales que podrían sugerir el riesgo de apnea del sueño y otros peligros.