¿Sabes por qué bostezamos más en verano?
¿El bostezo tiene alguna función específica beneficiosa para nuestro cuerpo? Para muchos solo significa cansancio y sueño, pero ¿El cuerpo quiere lograr algo al hacernos bostezar?.
Este es un impulso extraño, la gente bosteza cuando está cansada, pero también al momento de despertar después de dormir toda la noche. También bostezamos cuando estamos aburridos, ansiosos, pasando hambre, aburridos o a punto de comenzar una nueva actividad. Además, por si fuese poco, bostezar es algo contagioso.
Sin duda alguna puede sorprender a más de uno, porque pese a que estés descansado, hayas dormido bien y ni siquiera tengas hambre, los bostezos aparecen inesperadamente con más frecuencia durante el verano. ¿Cuál puede ser la razón de tan sorprendente comportamiento? Todo indica que es algo relacionado con las temperaturas más altas a las que nuestro cuerpo debe adaptarse.
Un estudio reciente publicado en Physiology & Behavior y realizado por un grupo de científicos de Tucson (EE UU) y Viena (Austria) en habitantes desprevenidos de sus respectivas ciudades, ha descrito de que el bostezo puede funcionar como un mecanismo de autorregulación de la temperatura cerebral.
El cerebro también sufre por las temperaturas del día a día, por eso, al analizar los bostezos espontáneos de los transeúntes y cruzar los datos con las variables meteorológicas, los investigadores pudieron llegar a la conclusión de que se tiende a bostezar con mucha más frecuencia cuando hay una temperatura de entre 20° y 25°. Dicho de otra forma, el bostezo tendría la función de enfriar al cerebro (el cual se ha demostrado que funciona mejor cuando está por debajo de los 20°), todo gracias al aumento del flujo sanguíneo causado por la ingestión de más aire.
Sin embargo, se ha podido notar que el mecanismo no se activa a temperaturas superiores a 37°, probablemente porque sería ineficaz dada la excesiva diferencia de temperatura.
La función del bostezo comprendido como un acto respiratorio reflejo, es decir, involuntario, comúnmente asociado por los científicos también a la fatiga, el aburrimiento, el hambre e incluso a mecanismos de imitación, aún no está muy clara, pero hay una teoría muy fuerte que asegura que se trata de un medio por el que el organismo intenta reaccionar ante un estado de letargo y recuperar un estado de alerta, gracias al aumento del flujo de oxígeno en la sangre y de ahí al cerebro.
Entonces, ¿Cómo funciona el bostezo?
Mientras estamos bostezando, durante la fase de inhalación, se realiza una secuencia de movimientos para facilitar el paso del aire: se abre la boca, con contracción de los músculos faciales, se eleva la glotis, liberando el paso del aire hacia la tráquea, se contraen los músculos costales, causando la elevación y ensanchamiento de la caja torácica y la relajación del diafragma, haciendo la exhalación de aire, más superficial que la inhalación para luego realizar un retorno progresivo a la posición inicial con la rápida expulsión del aire introducido.
Por lo tanto, todo parece indicar que con este método, lo que nuestro organismo busca es permitir un rápido proceso de enfriamiento por medio de una fuerte inhalación, la cual alcanza a cubrir gran parte de nuestro cuerpo. Sin embargo, aún es necesario poner en marcha más investigaciones que pongan a prueba esta teoría para confirmar su veracidad y si puede haber otros beneficios adicionales.