¿Conoces la diferencia entre las grasas buenas y las grasas malas?
La mayoría de las veces comemos sin prestar mucha atención a lo que tenemos en nuestros platos y nos dejamos llevar por el deseo de comer cualquier cosa sin considerar si es buena o mala para nuestra salud o si contiene la cantidad adecuada de fibra, proteínas y carbohidratos requerida para cada día.
El aspecto de muchos alimentos que aparentemente nos hacen bien podrían en realidad ser dañinos o inadecuados para nuestra dieta. Actualmente, existe mucho más interés en comprender y conocer los conceptos básicos de la nutrición y los mejores métodos para combatir la ignorancia en materia de nutrición desde la edad temprana. Sin embargo, una de las complicaciones más extendida es la existencia de una división entre las grasas saturadas y las insaturadas, la cual la mayoría de las personas no sabe diferenciar y las confunde todo el tiempo.
A continuación te explicamos qué son cada una de ellas y las principales fuentes de los alimentos donde se hallan.
Grasas saturadas e insaturadas: sus diferencias.
Cuando hablamos de grasas buenas nos referimos a las grasas insaturadas, tanto poliinsaturadas como monoinsaturadas. Por lo general, este tipo de grasas, debido a su estructura química, son líquidas a temperatura ambiente. Por el contrario, las grasas saturadas se caracterizan por ser sólidas a temperatura ambiente. Deben suponer en torno al 7-10% del aporte energético de tu alimentación.
Comencemos con la definición de grasas saturadas.
Las grasas saturadas se encuentran formadas por moléculas de ácidos grasos saturados, los cuales son perjudiciales para nuestro cuerpo debido a lo difíciles que son de absorber. Son riesgosas porque podrían llegar a dificultar el desplazamiento de la sangre por todo el cuerpo, en otras palabras, este tipo de grasas hacen ganar peso y aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Se encuentran presentes dentro de las grasas animales, pero también hay grasas saturadas de origen vegetal, por ejemplo, alimentos como la nuez moscada, el aceite de palma, el aceite de cacahuete y de girasol.
Pero no todas las grasas saturadas son iguales y también hay unas que resultan siendo positivas: el ácido oleico, presente en el aceite de coco y la leche de vaca y el ácido láurico, presente en la manteca de cacao, la manteca de karité y en algunos tipos de carne.
Algunos alimentos ricos en grasas saturadas son:
Aceite de coco.
Crema de avellana.
Cacao.
Mantequilla.
Aceite de karité.
Aceite de palma.
Manteca de cerdo.
Grasa de cerdo.
Grasa de pollo.
Crema batida.
Queso de cabra.
Tocino.
Definición de grasas insaturadas.
Las grasas insaturadas, por el contrario, son grasas buenas para el organismo que tienden a reducir los niveles de colesterol malo LDL y a aumentar el nivel de colesterol bueno HDL. También favorecen el flujo sanguíneo y ayudan a la limpieza del hígado.
Algunos alimentos ricos en grasas insaturadas son:
Sésamo.
Aceite de semilla de amapola.
Aceite de germen de trigo.
Aceite de maíz.
Aceite de nuez.
Nueces.
Aceite de cacahuete.
Aceite de sardina.
Palomitas de maíz.
Aceite de soja.
Semillas de calabaza.
Teniendo en cuenta esta información, se pueden empezar a idear nuevas estrategias de alimentación que permitan mantenerse cada vez más saludable. No olvides acompañar tu dieta con ejercicio y abundante agua para obtener mejores resultados. En caso de tener alguna duda o problemas sobre el desarrollo de una dieta personalizada, te recomendamos consultar directamente con un experto en nutrición, el cual puede idear una dieta específica para tu caso desde un punto de vista completamente profesional.