Beneficios de las judías verdes en tu dieta regular
Se trata de un alimento que proporciona vitaminas, minerales, flavonoides y carotenoides
Las judías verdes son un increíble cóctel de vitaminas y minerales de gran valor nutricional y medicinal para nuestro organismo. Esta hortaliza llegó a Europa desde el continente americano y desde entonces fue muy bien aceptada, tanto en su presentación fresca como en su presentación seca. Hoy en día, en los mercados o en los supermercados, se pueden adquirir dos variedades principalmente: las planas, de sabor más intenso, y las finas y redondas, de sabor más suave.
Incluir este alimento en nuestra dieta, nos ayudará a obtener muchos beneficios para el cuerpo, puesto que es muy nutritivas, rico en agua y tiene un bajo aporte calórico que nos ayuda a eliminar los líquidos y toxinas que nuestro cuerpo acumula. Por esta razón, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda su consumo.
Mantiene las arterias saludables
Gracias a la alta concentración de potasio y magnesio que contiene este alimento, ayuda a reducir la hipertensión, convirtiéndose en una aliada para nuestras arterias.
Contribuyen con el buen funcionamiento del sistema inmunológico
Las judías verdes son una fuente de vitaminas A y C, y también es rica en zinc. Esta combinación es perfecta para nuestro organismo, ya que se encargan de mantener en un nivel óptimo el sistema inmunológico. Además, los betacarotenos de las judías verdes se encargan de cuidar nuestros ojos y nuestra piel.
Son buenas para la memoria
Las judías verdes contienen vitamina B1, la encargada de producir energía y estimular las funciones cognitivas, así como de la síntesis del neurotransmisor relacionado con la enfermedad de Alzheimer.
Fortalece los huesos
Otro de los beneficios de las judías es su alta concentración en vitamina K, lo cual nos ayuda a mantener los huesos del cuerpo fuertes y sanos.
Contiene antioxidantes
Este alimento tiene un alto contenido de vitamina C, un 20% de la cantidad que se recomienda, lo que las convierte en un poderoso antioxidante. Aunado a esto, cuentan con la capacidad de contrarrestar los efectos negativos de los radicales libres y ralentizar el envejecimiento celular.
Regula el tránsito intestinal
A pesar de que a muchos les parezca extraño, esta hortaliza es un gran aliado al momento de mejorar la digestión, ya que tiene un alto contenido en fibra, lo cual regula el tránsito intestinal, combate el estreñimiento y nos ayuda a mantenernos con una sensación de llenura.
Es una fuente de vitamina B6
Los estudios realizados con animales, sobre todo con ratas en el año 1930, demostraron que la carencia de variedad alimenticia provocaba trastornos cutáneos y neurológicos, que solo desaparecían con la adición de levadura.
Sin embargo, en 1934, Paul György descubrió el valor de la vitamina B6, que se aisló en su forma cristalizada en los años siguientes. El término vitamina B6 hace referencia a tres compuestos, la piridoxina (el más utilizado), el piridoxal y la piridoxamina.
Es resistente a las altas temperaturas
La vitamina B6 tiene dos ventajas: es hidrosoluble y se puede cocinar muy bien. Sin embargo, se absorbe rápidamente en el intestino delgado, por lo que debe tomarse diariamente. Como no se puede comer simplemente harina de trigo sarraceno (582 μg de vitamina B6 por cada 100 g) castañas asadas (497 μg) o garbanzos en conserva (473 μg), la dieta de la huerta fresca para obtener vitamina B6 se basa en espinacas cocidas (242 μg), pimiento rojo (291 μg), coles de Bruselas en otoño (289 μg) y judías verdes (60 μg).