5 señales dolorosas que demuestran que esa persona ya no te ama
Por mucho que cueste entenderlo, ningún amor es 100% generoso y de corazón, ya que algunas elecciones están motivadas por el interés propio y se desarrollan bajo manipulación.. Justamente por eso es mejor identificar los comportamientos tóxicos antes de quedar atrapado en una relación que seguramente nos lastime.
El amor es un sentimiento complejo que es ambivalente: los celos, la envidia, la rivalidad e incluso el odio conviven con otros aspectos como la empatía, la generosidad y el amor. En este sentido, algunas relaciones son menos generosas que otras, incluso llegando al punto de considerarse tóxicas.
Lo cierto es que no siempre es sencillo identificar a esas personas que quieren hacernos daño, sobre todo teniendo en cuenta que nuestro deseo es ser feliz y estar enamorado. Las experiencias negativas y los malos ratos del pasado que llevan a repetir guiones emocionales abusivos también pueden explicar los motivos por los que nos podemos encontrar atrapados en una relación en la que la otra persona nos quiere, sobre todo por los motivos erróneos, los motivos que son dolosos para nosotros.
Pues bien, conozcamos esas señales dolorosas que demuestran que esa persona ya no te ama
Ama el poder que tiene sobre ti
Algunos compensan su narcisismo tratando de tener poder sobre los demás. Esta dinámica del poder puede manifestarse de varias maneras: creando una atmósfera de miedo, amenazando con terminar la relación, ridiculizando a la otra persona en aspectos sencillos, subrayando tus errores, sus «defectos», sus debilidades, desvalorizando tus iniciativas, a tus amigos y tu trabajo sin que parezca que lo está haciendo, siempre usando comentarios que rozan lo ofensivo.
Esta persona dominante maneja brillantemente la agresión pasiva y se transforma en víctima si esta intenta alguna vez decide rebelarse o cuestionarla.
Él o ella está principalmente enamorado/a del amor que tú tienes por él/ella.
Esta persona se deleita con tu atención, escucha, apoyo y admiración constante, pero sin corresponderla. A menudo te informa de cada cumplido que recibe en el trabajo o en otras relaciones, y cuando intentes hacerle preguntas sobre ti para saber si le interesas, solo escucharás generalidades y aproximaciones. Si en algún momento te hace regalos, aprovecha su “generosidad” para expresar que deberías estar agradecido. En conclusión, todo vuelve siempre a él, porque al fin y al cabo, lo que necesita es un/a compañera que le adule.
Le gusta resaltar gracias a ti
Este tipo de persona vive en un constante juego de roles similar al de “policía bueno y policía malo”. En muchas ocasiones este aplica una etiqueta que no nos corresponde para desvalorizarnos, cortar nuestras alas y alterar la imagen que tenemos de nosotros mismos y que los demás perciben de nosotros, por lo que ellos se destacan a nuestra costa. Por ejemplo, la persona que quiere ser percibida como alguien creativo, imprevisible y/o artística, para eso acusará a la otra de tener las características opuestas: rígida, estirada, conformista, predecible, etc.
Tiene miedo a la soledad
Esta persona puede haber pasado por repetidos fracasos emocionales o haber sufrido abusos durante su niñez, por lo que su mayor temor es estar solo. Con tal de mantener a la otra persona, todos los medios son buenos, siendo uno de los más frecuentes el altruismo que llega hasta el autosacrificio y un comportamiento camaleónico.
Es común que esta persona se integre en el mundo de su pareja para transmitir la sensación de que están destinados el uno al otro, o incluso puede llegar a satisfacerle a todos los niveles, anticipándose a sus deseos, siendo sobre protector, adhiriéndose a sus causas, opiniones y pasiones, mientras hace todo lo posible por ocultar sus celos patológicos. Aquí lo que importa es que no lo vayan a abandonar.
Cuida su imagen gracias a ti
En estos casos su nombre, su imagen, su talento, su aspecto e incluso su notoriedad, esto es lo que más le interesa, esto con el fin de reforzar su imagen positiva o para compensar sus complejos. Sea cual sea el caso, lo que este quiere es lo que tú pareces ser o lo que tienes, así que habla mucho de ello, resalta esta característica y la destaca en público, haciendo fuertes señalamientos de lo que admira o codicia de ti. El resto, tus emociones, tus opiniones, tus necesidades y tus deseos personales no le interesan realmente, ya que nunca es curioso ni exigente.