Si algo tenemos claro es que la piel de nuestro rostro es profundamente delicada. Mantenerla perfecta, requiere de hábitos como realizar una buena rutina de limpieza e hidratación diaria y el uso de productos adecuados para cada tipo de piel y su correcta aplicación.
Nuestra piel se encuentra a diario expuesta a los rayos UV, a la contaminación del medio ambiente o a los productos de maquillaje que utilizamos. Debido a esto, nos arriesgamos a envejecer prematuramente y a destruirla si no la cuidamos adecuadamente.
Una de las dificultades más frecuentes es el acné, especialmente en los adolescentes, una afección causada por el exceso de producción de sebo en la piel.
¿Qué es el acné?
El acné es una enfermedad de la piel muy común en adolescentes y adultos jóvenes. Se produce cuando los folículos pilosos del rostro se llenan de grasa y a su vez de células muertas provocando granos, espinilla o puntos negros. La mayoría de las espinillas no solo pueden aparecer en el rostro, también se presentan en el cuello, el pecho, la espalda y los hombros.
Esta afección cutánea se presenta entonces cuando el sebo, que es esa sustancia grasosa que produce la piel y el cabello, acompañadas de las células muertas, bloquean la superficie de la piel. Cuando se presenta un tipo de acné más severo, es porque las bacterias que se generan provocan inflamación e infección.
Pero debemos saber, que nuestra piel genera también esta grasa con el fin de hidratarla y protegerla, sin embargo, el problema se presenta cuando se produce en grandes cantidades, lo que ocasiona la obstrucción de los poros provocando ese molesto efecto de brillo que las mujeres intentan ocultar con el maquillaje. Sin embargo, esto lo que causa es que la piel se obstruya más y no respire adecuadamente.
Por ello, los dermatólogos recomiendan tener mucho cuidado con la higiene facial. Antes de utilizar productos especiales para la piel grasa y combatir el acné, se debe tener una limpieza diaria adecuada.
¿Cuál es la recomendación en el lavado del rostro?
Es muy importante lavarse la cara con frecuencia, ya que así se limpia el rostro de toda la suciedad acumulada y el exceso de grasa en los poros.
De manera especial, los dermatólogos recomiendan lavarse la cara dos veces al día, una por la mañana y la otra antes de irse a dormir. De este modo, la grasa tendrá dificultades para acumularse a lo largo del día y en el transcurso de la noche, permitiendo así el uso de los diferentes productos utilizados en el rostro.
Se debe utilizar siempre productos que sean delicados y adecuados para cada tipo de piel. Hay que tener muy en cuenta, aunque parezca contradictorio, usar una crema hidratante aun cuando suframos de piel grasa, ya que es fundamental mantener el rostro hidratado. Algo que sí debemos dejar de hacer es utilizar cremas a base de parabenos, aceites o ceras, que solo aumentarán el problema.
No olvides tu tipo de alimentación. Hay alimentos demasiado refinados como los azucarados y los lácteos que no son buenos para nuestro organismo en general, y que, por tanto, no son aconsejables para las personas que sufren de acné, debido a que pueden aumentar la inflamación de la piel y la aparición de sebo.
