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Estilo de vida

20 años sin poder comer frutas y verduras, la vida con una alergia poco común

Vivir con alergia a las frutas y verduras puede sonar extraño para muchas personas, pero no para Chloe Raisbeck, de 27 años, a la cual le diagnosticaron síndrome de alergia oral (SAO), una alergia a cualquier sustancia derivada del polen, en enero de 2005, cuando tenía siete años.

La alergia a vegetales afecta a casi el 6% de la población europea y puede presentarse de muchas maneras. Lo que parece una simple picazón en la boca para unos, en otros puede ser algo mucho más serio — como problemas respiratorios o incluso un shock anafiláctico.

En mi caso, ni la fruta ni la verdura cocida han sido opción. El simple contacto o un bocado puede causar sensación de cosquilleo, urticaria, inflamación de labios y garganta, y riesgo de síntomas más graves. Algunos médicos le llaman síndrome de alergia oral, pero el riesgo es que nunca se sabe cuándo una reacción leve se volverá peligrosa.

Las proteínas responsables de estas reacciones en los vegetales —como las profilinas, las proteínas PR-10 y las de transferencia de lípidos (LTP)— pueden resistir incluso tras cocción, así que no basta con “cocinar bien las verduras”. Algunas personas solo reaccionan a los alimentos crudos, pero otras no tienen esa suerte.

El diagnóstico: un laberinto de pruebas y respuestas

Llegar al diagnóstico correcto no fue tarea fácil. Desde chica, los síntomas aparecían poco después de probar fruta o verdura, pero nadie pensaba en una alergia tan inusual. Me hicieron múltiples pruebas cutáneas, análisis de sangre para detectar IgE específica, y hasta pruebas controladas en hospitales. Reaccionaba incluso con olor o contacto indirecto.

A partir de ahí, el evitar frutas y verduras se volvió el centro de mi vida cotidiana. No es solo dejar de lado una ensalada o decir “no” a una manzana. Es revisar etiquetas, preguntar cómo se preparó cada platillo, e incluso evitar restaurantes por miedo a la contaminación cruzada.

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El día a día: comida, vida social y salud

Muchos creen que sin frutas ni verduras la vida es aburrida e insalubre, pero la realidad es más compleja. Existen alimentos nutritivos permitidos, como cereales, carnes, lácteos y gran parte de los productos procesados (siempre revisando ingredientes). Sí, puede haber carencias, por eso el seguimiento médico y los análisis regulares de vitaminas y minerales son importantes.

Salir a comer fuera, ir a una fiesta o viajar requiere planificar todo. Por esa razón, la mayoría de la gente no entiende que una contaminación mínima puede causarte días de malestar intenso. También aprendí a decir “no puedo comer eso” sin sentirme culpable ni tener que dar largas explicaciones.

Recuerda que si tienes síntomas al comer frutas o verduras, es fundamental consultar a un especialista. No te automediques ni ignores las señales del cuerpo. Lleva siempre contigo medicamentos de emergencia si tu alergia es grave, como un autoinyector de epinefrina. No temas a pedir ayuda ni a educar a quienes te rodean sobre tu alergia, por rara que les parezca.

Aprende a leer etiquetas, pregunta por los ingredientes y, sobre todo, busca apoyo. La incomodidad al principio se transforma en rutina. Cambia la mirada: no se trata solo de qué no comes, sino de todo lo demás que puedes disfrutar con creatividad y confianza.

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Veronica Pereira

Veronica siempre ha tenido una pasión por la escritura desde su infancia; hija del padre de un médico y madre naturópata, siempre ha estado inmersa en remedios naturales; se ha convertido en correctora/editora de libros de medicina y escritora independiente para blogs que tratan sobre medicina en general o sobre prevención en particular.

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