Para muchas personas las legumbres en conserva son una gran ayuda, porque permiten consumir garbanzos, alubias y lentejas inmediatamente. Aunque si la única forma de consumirlas fuera comerlas completamente naturales y secas, posiblemente esto desalentaría a todas aquellas personas que no tienen mucho tiempo para cocinar.
Generalmente, las legumbres secas se dejan en remojo algunas horas antes de cocinarlas e inclusive para aquellas legumbres que no la necesitan, la cocción como tal suele llevar bastante tiempo.
Pero lamentablemente, no todas las legumbres de bote son completamente saludables para nuestro organismo. De hecho, son muy ricas en sal y en algunos casos en azúcar. Además, debemos prestarle mucha atención al recipiente en el cual se venden estas legumbres, ya que podrían contener sustancias nocivas para nuestra salud.
En caso de duda, es mejor elegir los envases de vidrio y en cualquier caso nunca dejar la lata abierta en el frigorífico con el contenido todavía dentro, tal como está claramente indicado en el embalaje.
Algunas investigaciones indican que es precisamente en el agua de las legumbres donde se pueden hallar la mayor cantidad de sal y, por consiguiente, lo mejor es enjuagarlas antes de comerlas.
Esto es algo que también llevará a la pérdida de vitaminas y minerales, pero en cantidades insignificantes. Así mismo, observar el líquido conservante también puede ser muy beneficioso para que nos indique sobre la cantidad del producto que queremos consumir. Por lo tanto, si este agua se encuentra demasiado turbia o contiene pieles y otros residuos, esto no es buena señal.
Si no puedes cocinar legumbres secas, siempre podemos leer atentamente las etiquetas y elegir marcas que tengan un contenido reducido de sodio, que no tengan azúcares añadidos y que utilicen productos enlatados ecológicos.
