10 cosas que nunca limpias y que ¡deberías!
Siempre se te olvidan, pero tendrías que incluirlas en tu plan de limpieza.
Paredes: usa una mopa para eliminar el polvo de las paredes y las molduras de la casa. Si pones un paño seco en el extremo de una fregona y luego frotas las paredes y las molduras, sin duda quitaras todo el polvo y la suciedad que haya en la casa sin necesidad de subirte a una escalera.
La ventilación del sofito: para garantizar una buena ventilación del ático, limpie los residuos de los conductos de ventilación de los sofitos. Reducirás los costes de aire acondicionado en verano y protegerás el tejado de la condensación en invierno.
La rejilla de ventilación para el baño: el polvo y la humedad se acumulan y llenan de residuos la rejilla de ventilación de su baño. Como suele estar colocado en el techo, no se le presta atención y no se comprueba su limpieza. Afortunadamente, esta rejilla es fácil de limpiar.
Aireador del grifo: los aireadores se encuentran en casi todos los grifos de cocina y baño y pueden ralentizar o detener el flujo de agua cuando se obstruyen.
Lavavajillas: puedes pensar que después de un ciclo de lavado tu lavavajillas está perfectamente limpio, pero no es así! Los restos de comida se adhieren a los rincones de tu lavavajillas, provocando malos olores y, con el tiempo, una vajilla mal lavada.
Interruptores: límpialos constantemente con un desinfectante. Piensa cuantas veces los usas al día, y por más aseadas que tengas las manos, tienes gérmenes y bacterias que vas dejando en cada toque.
Manija de las puertas: todos tenemos y usamos las manijas de las puertas, pero ¿Alguna vez las has limpiado? En ellos residen muchos gérmenes que se pueden eliminar en cuestión de minutos.
Los filtros del aire del coche: el filtro de aire del coche almacena suciedad de todo tipo. Un filtro de aire atascado puede provocar que el consumo de combustible sea mayor o afectar el desempañado de las ventanas. Los fabricantes recomiendan cambiar el filtro cada 60.000 km.
Horno: la acumulación de manchas y restos de comida y líquidos viejos en el interior del horno suele provocar humo y malos olores. Hay muchas formas de limpiar bien el horno, solo es cuestión de tiempo y paciencia.