Consumo de huevos durante el embarazo: ¿Recomendado o no? Esto es lo que debes saber
El estilo de vida y los hábitos alimenticios de las mujeres embarazadas suelen ser objeto de estudio. No es extraño ver innumerables listas de productos que no se deben consumir durante el estado de gestación. Entre los alimentos más comunes encontramos al huevo como protagonista de muchos mitos y estudios relacionados con el embarazo.
Sin embargo, los huevos no suponen un riesgo para las mujeres gestantes, de hecho, aportan muchos beneficios para la salud al ser un alimento muy completo. Desde un punto de vista nutricional, los huevos destacan por ser ricos en proteínas de buena calidad, además de contener un alto valor biológico y aportar grandes cantidades de vitaminas y minerales. Por lo tanto, consumir huevos durante el embarazo no supone un riesgo para la salud de la madre ni para el bebé en formación, aunque hay que tomar algunas precauciones, tanto a la hora de elegir el producto como en la forma de cocinarlo.
Huevos en el embarazo: ¿permitidos o prohibidos?
Muchas mujeres toman medidas preventivas cuando están en embarazo, sobre todo en el aspecto alimenticio, y aún más si se trata de su primer hijo. Sin embargo, hay personas que creen que consumir huevos durante ese estado es perjudicial, pero lo cierto es que no es así. De hecho, este alimento aporta muchos beneficios al organismo a través de nutrientes como el calcio, el hierro, el fósforo, el zinc, las proteínas, los carbohidratos, las grasas, las vitaminas A, B1, E, D y K2. Aunque, al igual que cuando no estás embarazada, nunca debes superar los seis o siete huevos por semana.
Ahora bien, ¿Cómo se deben consumir?
Los huevos duros en el embarazo son estupendos, al igual que fritos o escalfados. Obviamente, si el objetivo es un alimento más ligero, lo mejor es cocinarlos pasados por agua o escalfados.
¿Y qué sucede con los huevos crudos? ¿Si se pueden consumir durante el embarazo?
A pesar de que los huevos estén muy frescos, lo mejor es no comerlos cuando están crudos. En primer lugar, no se digieren bien y contienen avidina, una sustancia que dificulta la absorción de la vitamina H (biotina), la cual se destruye al cocinarlos y también eliminan los gérmenes que pueden causar otros problemas.
Los huevos crudos o poco cocinados, así como los productos que se preparan con estos, por ejemplo la mayonesa o el tiramisú aumentan el riesgo de contraer salmonela, una bacteria dañina, la cual puede causar una enfermedad conocida como salmonelosis.
Esta bacteria puede ser la causa principal de infecciones intrauterinas lo suficientemente graves como para hacer que el feto salga antes del tiempo estipulado o, en el peor de los casos, se genere un aborto espontáneo, ya que, durante el embarazo, el sistema inmunológico de la mujer cambia para adaptarse a la presencia del bebé en desarrollo, con la finalidad de no hacerle daño y dejar que crezca.
Recomendaciones.
- Si tienes alguna duda, agita el huevo, si notas un movimiento en su interior, significa que no está fresco.
- Otra alternativa para verificar que el huevo esté fresco es ponerlo en un vaso de agua con sal. Si flota, es viejo.
- En lo posible, opta siempre por productos frescos, tal vez de kilómetro cero y que provengan de gallinas camperas. En caso de no poder obtenerlos directamente del agricultor, asegúrate de que no proceden de granjas enjauladas y comprueba la fecha de caducidad.