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El acné, la psoriasis y la dermatitis atópica también se curan en la mesa

Una dieta balanceada hará que la piel de tu rostro cambie completamente, manteniendo a raya el acné, la dermatitis atópica y la psoriasis. Veamos algunos datos entregados por los dermatólogos.

El acné afecta al 10% de la población mundial, la psoriasis afecta en promedio a unos 125 millones de personas en todo el mundo y la dermatitis atópica es considerada una de las afecciones cutáneas más frecuentes y discapacitantes a nivel mundial, afectando a entre el 5 y el 20% de los niños y entre el 5 y el 8% de los adultos.

Salud de la piel: la importancia de una dieta sana, variada y equilibrada

Muchas investigaciones a lo largo de los años han estudiado la importancia de los alimentos en la salud de la piel. Actualmente, alimentos como el salami y el chocolate han sido descartados como el único desencadenante del acné. Por ello, la intención de los investigadores es identificar un tipo de dieta que, más que seleccionar, destacar o excluir un alimento en lugar de otro, se centre en combinar varios alimentos en un solo plato, evitando los excesos y dando preferencia a los alimentos ricos en antioxidantes.

Cuidado con tu consumo de azúcar

El exceso de grasa y azúcar son los principales culpables de los problemas cutáneos. Una dieta rica en estos elementos favorece la liberación de citoquinas y otras moléculas responsables de la inflamación.

Aunque el acné, la dermatitis atópica y la psoriasis tienen mecanismos de aparición muy diferentes, la alimentación siempre está detrás de los detonantes de estas tres complicaciones. Por lo tanto, cuando comemos mal y acumulamos azúcares y grasas malas, los síntomas empeoran.

Ojo con los azúcares ocultos

Hablamos del azúcar de mesa, pero también de los dulces, helados, refrescos y postres. Los productos salados contienen más azúcar de la que pensamos, lo mismo pasa con los alimentos precocinados, los cereales para el desayuno, varios tipos de embutidos y muchos yogures.

Elige solo las grasas buenas

Las grasas saturadas son la puerta de entrada a la inflamación, el estrés oxidativo y la hiperglucemia. Alimentos envasados como los snacks, los aperitivos, los dulces y la comida rápida contienen cantidades excesivas de grasas hidrogenadas, las cuales proceden de la manipulación industrial de los aceites. Estos alimentos sobre estimulan las células del cuerpo, incluida las de la piel, provocando estrés e inflamación.

Presta atención a tu peso corporal

Reduce tu consumo de azúcar y grasa, esto reducirá el nivel de calorías en tu organismo, lo cual no solo es bueno para la figura, sino también para el metabolismo. El acné, la dermatitis atópica y la psoriasis están ampliamente relacionadas con los trastornos metabólicos como el sobrepeso, la obesidad, la diabetes y la dislipidemia. Por lo tanto, mantener el peso bajo control para mantener a raya los síntomas es crucial para llevar una vida saludable.

Cuidado con las harinas blancas

Ten cuidado con el consumo excesivo de alimentos como la pasta, ya que esta no debe estar en nuestro plato más de tres veces por semana, lo mismo pasa con otros productos de harina blanca como el pan, la pizza y las galletas. Estos son alimentos con un alto índice glucémico, lo que provoca serios problemas a mediano y largo plazo.

Beneficios de la dieta mediterránea

Seguramente ya sabes que la dieta mediterránea es considerada uno de los planes alimenticios más saludables y beneficiosos de la actualidad. Esta se caracteriza principalmente por consumir alimentos con un bajo índice glucémico, un alto consumo de aceite de oliva, verduras, legumbres, productos integrales, frutas y frutos secos.

Las frutas y verduras deben consumirse cada día teniendo en cuenta la temporada. Un estudio del Imperial College de Londres dice que se deberían comer diez raciones de fruta al día y que se tiene que aumentar el consumo de granos a al menos tres días. Por lo tanto, lo mejor es variar entre garbanzos, alubias, soja, lentejas, habas y guisantes.

Varía el color de tus platillos.

Para garantizar que se consuman todos los tipos de antioxidantes disponibles, la regla de los colores sigue siendo la mejor. Consiste en identificar las propiedades de los alimentos por su color: el rojo de los tomates, los pimientos, las fresas, las bayas, el pomelo rosa, las naranjas sanguinas y la sandía son ricos en licopeno, carotenoides y vitamina C. El amarillo y el naranja para identificar alimentos ricos en provitamina A, vitamina C y antocianinas. El verde se usa para identificar alimentos ricos en clorofila, un potente antioxidante y el blanco del ajo y la cebolla son ricos en isotiocianatos, útiles para mantener las células de la piel jóvenes y fuertes.

La importancia de la actividad física.

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Si adoptamos un estilo de vida más saludable que incluya una alimentación rica en polifenoles, antioxidantes y que se acompañe de la suficiente actividad física, podemos reducir la probabilidad de que aparezcan enfermedades en la piel. Esto quiere decir que, si existe una predisposición genética a este tipo de enfermedades, el sedentarismo y la mala alimentación empeoran la probabilidad de manifestación de la enfermedad.

¿Cómo reforzar el sistema inmunitario de la piel?

Actualmente se está investigando el papel de la microbiota intestinal en el cuidado de la piel. Se sabe que la microbiota intestinal y la microbiota cutánea se relacionan con el funcionamiento del organismo. De hecho, el cuerpo funciona mejor si tiene una microbiota diversa, o, dicho de otra forma, si el intestino está poblado por una buena variedad de bacterias. Por lo tanto, si solo se consume alimentos seleccionados, se agotará la microbiota intestinal y ya no garantizará el equilibrio de la microbiota cutánea. No se sabe con exactitud cuál es la bacteria «buena», que hay que alimentar con determinados alimentos, mucho menos cuál es la «mala», pero, lo que sí sabemos es que una dieta sana y variada ayuda a mantener una flora bacteriana variada y equilibrada que se encarga de protegernos contra cambios perjudiciales en la salud.

¿Cuál es la importancia de la fibra dietética?

La fibra dietética alimenta a las bacterias buenas encontradas en la microbiota intestinal. Estos producen ácidos grasos que tienen un efecto antiinflamatorio, reducen el estrés oxidativo y ayudan a la respuesta del sistema inmunitario. Algunos de los alimentos ricos en fibra son los probióticos como el yogur, el kéfir, el chucrut, los productos de soja fermentados como el miso y los prebióticos como el trigo, las legumbres, los espárragos, la achicoria, la soja, la cebada, el ajo, la cebolla y el puerro.

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Veronica Pereira

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