Cuando las cosas van muy bien y todo está perfectamente equilibrado en nuestras vidas, es fácil ser feliz. La verdadera prueba de la felicidad llega cuando las cosas no salen como esperábamos.
Cuando la vida parece estar un poco agitada, a menudo tenemos que tomar una decisión consciente que nos devuelva la felicidad, sin ceder al caos que nos hunde. Recuerda que la única persona que realmente puede controlar tu felicidad eres tú. A continuación se presentan 8 hábitos que tienen en común las personas que siempre están insatisfechas. Si te identificas con algunos de estos puntos, puede ser el momento de empezar a centrarte en lo positivo.
Adicciones.
Las personas infelices a menudo buscan una salida que les ayude a olvidar su ira o su dolor. Pueden depender del alcohol, las drogas, el juego u otros vicios que logran ocultar cómo se sienten realmente, pero en realidad solo los harán sentir peor. Al contrario, deberíamos intentar encontrar un camino positivo. Por ejemplo, otras formas de expresarse, que no pueden causar ningún daño, pueden ser la escritura, el dibujo, la música u otro tipo de actividades.
Quejas constantes.
Las personas felices saben que las quejas no tienen ningún beneficio. Si quieres que las cosas cambien, debes actuar y no quejarte. Las personas que se quejan emiten constantemente energía negativa que afecta a todos los que les rodean. En lugar de concentrarse en cuán injusta o terrible puede ser una situación determinada, debe pensar en una forma de cambiarla.
Arrepentimientos constantes.
Las investigaciones muestran que los pensamientos negativos recurrentes sobre decisiones pasadas pueden provocar estrés crónico o depresión. A todos nos hubiera gustado haber tomado siempre la decisión correcta durante nuestra vida, pero el pasado ya pasó. La obsesión por un error ciertamente no cambia lo sucedido, de hecho, solo será un obstáculo para el futuro. Aprenda de sus errores, decida lo que le gustaría hacer si la situación se repitiera en el futuro y luego olvide el pasado.
Preocuparse demasiado por el futuro.
Ahorrar dinero o tener metas y planes para el futuro es una cosa, pero llevar una vida llena de preocupaciones constantes sobre lo que puede suceder o no puede impedirle ser feliz. El futuro puede dar miedo, pero es necesario tener la suficiente confianza en uno mismo para saber que incluso si surge una determinada situación, tendremos la fuerza para controlarla. Trabaja duro, sé amable, fíjate metas y el resto vendrá por sí solo.
Agrandar los problemas.
Cuando surge una situación no muy buena, una persona infeliz casi siempre intentará hacer que parezca peor de lo que realmente es. Tienden a reaccionar de forma exagerada. Dejan que las cosas parezcan desproporcionadas y ven todo negativamente en lugar de buscar una solución al problema. Todos lidiamos con cosas que no nos gustan. La diferencia entre una persona feliz y una infeliz radica en la forma en que manejan una situación difícil. Da un paso atrás, respira hondo y busca una solución.
Rencores.
Llevar un resentimiento es como llevar un gran peso sobre los hombros y no te permite ser verdaderamente feliz. Si bien puede ser realmente difícil continuar cuando alguien nos hace daño o nos traiciona, debemos intentar que esta mala experiencia no influya negativamente en nuestro futuro. Deja a un lado el rencor que sientes, te sentirás más tranquilo y feliz.
