En el mundo actual, donde la apariencia física juega un papel importante, tener una sonrisa blanca y brillante se ha convertido en un objetivo común. Sin embargo, debido al desgaste del tiempo y a ciertos hábitos, como el consumo de café, té, tabaco, entre otros, los dientes pueden adquirir una coloración amarillenta que afecta nuestra confianza al sonreír.
Tipos de coloraciones dentales
Antes de adentrarnos en los consejos, es importante comprender los dos tipos de coloraciones dentales: las externas y las internas. La coloración interna es propia del diente, mientras que la externa está relacionada principalmente con nuestros hábitos de vida, como el consumo de café, té, especias y el tabaquismo.
1. Cepillado de los dientes
El primer paso para limitar la coloración externa es cepillarse los dientes de manera adecuada, y es fundamental hacerlo dos veces al día durante al menos dos minutos, utilizando un cepillo de dientes suave. Esto permite eliminar la placa dental, una película blanquecina que se deposita en los dientes después de cada comida y que, si no se elimina, se calcificará y se convertirá en sarro, el cual solo puede ser eliminado mediante una limpieza dental en el consultorio odontológico.
2. Uso de cepillo de dientes eléctrico
Se recomienda el uso de cepillos de dientes eléctricos, ya que ayudan a eliminar mejor las coloraciones superficiales. Las personas que utilizan cepillos eléctricos tienden a cepillarse los dientes durante más tiempo, gracias a la función de temporizador que incorporan estos dispositivos. Mientras que quienes utilizan cepillos manuales suelen cepillarse los dientes entre 43 y 47 segundos, aquellos que utilizan cepillos eléctricos se acercan a los 2 minutos recomendados.
3. Elección de un buen dentífrico
Para dar la impresión de unos dientes más blancos, puedes optar por un dentífrico de color rojo, que aumentará el contraste entre tus dientes y las encías. También puedes utilizar un dentífrico pigmentado de azul, el cual deposita una fina capa de silicona azulada en la superficie de los dientes, modificando la reflexión de la luz y dando la apariencia de unos dientes más blancos. Es importante tener en cuenta que este efecto es temporal y desaparecerá a lo largo del día.
4. Uso ocasional de bicarbonato de sodio
Otra opción es espolvorear bicarbonato de sodio en el cepillo de dientes, pero solo de forma ocasional, es decir, una vez cada dos semanas. Recuerda que el tamaño de los gránulos del bicarbonato de sodio es relativamente grande, lo que puede tener un efecto abrasivo en lugar de pulir la superficie de los dientes. Para un uso diario, recomienda elegir un dentífrico que contenga bicarbonato de sodio micro pulverizado.
5. Enjuague bucal después de consumir café o té
Para evitar que las coloraciones externas se adhieran con facilidad, es importante enjuagarse la boca inmediatamente después de consumir café o té. La reacción de estas bebidas calientes en el esmalte de los dientes es similar a la que ocurre en una taza. Si te enjuagas de inmediato, las coloraciones en el interior se eliminarán rápidamente, pero si esperas, será necesario frotar para eliminarlas.
6. Blanqueamiento dental
En cuanto a las coloraciones internas, estas están relacionadas con el envejecimiento. A medida que envejecemos, el esmalte dental se vuelve más delgado debido a la masticación, lo que hace que se aprecie más la dentina, que es naturalmente de color amarillo. Para modificar este tipo de coloración, la única solución es realizar un blanqueamiento dental en el consultorio odontológico. Este procedimiento se realiza mediante el uso de una férula dental en la que se aplica un gel a base de peróxido de hidrógeno que oxida los pigmentos de color en los dientes, aclarándolos. Este tratamiento debe realizarse diariamente durante 3 a 6 horas, durante aproximadamente dos semanas.
