Los riesgos de cruzar las piernas en un avión explicados por expertos
Cuando embarcamos en un avión, solemos preocuparnos por la comodidad. Pero, ¿alguna vez te has planteado que una simple postura, como cruzar las piernas, puede tener un impacto negativo en tu salud durante el vuelo?
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Los vuelos, especialmente los de larga duración, pueden afectar severamente la circulación sanguínea. ¿Por qué? Dentro de la cabina, la presión atmosférica es más baja que al nivel del mar. Esto, junto con estar sentados por varias horas, puede ralentizar el flujo sanguíneo, llevando al riesgo de desarrollar trombosis venosa profunda (TVP).
La TVP ocurre cuando un coágulo se forma en las venas profundas de las piernas. Este coágulo puede provocar hinchazón, dolor y, si se desplaza hacia los pulmones, derivar en una embolia pulmonar, una condición peligrosa para la vida. Cruzar las piernas empeora esta situación porque comprime los vasos sanguíneos, dificultando aún más el flujo normal de la sangre.
¿Por qué cruzar las piernas es tan perjudicial?
Cruzamos las piernas casi de forma automática, especialmente al sentarnos en espacios reducidos como los asientos de un avión. Sin embargo, esta postura comprime las venas principales de las piernas, impidiendo que el retorno venoso se desarrolle con normalidad. Es como si “apretáramos una manguera”: al disminuir el flujo sanguíneo, aumenta el riesgo de acumulación venosa, potenciando problemas de salud como la TVP, hinchazón o varices.
Además, permanecer sentado con las piernas cruzadas durante horas restringe el movimiento muscular, otra herramienta natural que nuestro cuerpo utiliza para impulsar la sangre hacia el corazón. Menos movimiento, más estancamiento de sangre.
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Consejos prácticos para cuidar tus piernas durante un vuelo
No todo está perdido si necesitas volar con frecuencia o tienes un trayecto largo por delante. Tomar medidas preventivas puede reducir significativamente los riesgos asociados con la inmovilidad prolongada.
- Mantén las piernas en movimiento: aunque los vuelos tienen limitaciones de espacio, siempre es posible realizar pequeños ejercicios. Flexiona y extiende los pies regularmente para estimular la circulación.
- Camina por el pasillo del avión: si el vuelo lo permite, levántate al menos cada hora para caminar un par de minutos en el pasillo. Este pequeño cambio puede marcar una gran diferencia en el flujo sanguíneo.
- Usa medias de compresión: estas prendas aplican una presión uniforme desde los tobillos hacia arriba, ayudando al retorno venoso y previniendo la hinchazón. Son especialmente útiles en vuelos de más de cuatro horas.
- Hidrátate constantemente: la deshidratación durante el vuelo puede espesar la sangre, aumentando el riesgo de coágulos. Los expertos recomiendan beber al menos medio litro de agua cada tres horas. Evita el alcohol y la cafeína, ya que contribuyen a la deshidratación.
- Elige ropa cómoda: la ropa apretada restringe la circulación. Usa prendas ligeras y holgadas durante el vuelo para reducir la presión innecesaria en las venas.
- Consulta con un médico: si tienes antecedentes familiares de coágulos sanguíneos, padeces varices, sobrepeso o utilizas anticonceptivos orales, es esencial que consultes con un médico antes de viajar. En algunos casos, pueden recomendarse medicamentos preventivos.
¿Quiénes deben ser más cuidadosos?
Aunque todos podemos beneficiarnos tomando medidas preventivas, algunos grupos deben prestar especial atención, como personas con condiciones como problemas circulatorios, obesidad, antecedentes de TVP o fumadores tienen un riesgo más alto. Incluso factores como el uso de anticonceptivos orales y la falta de actividad física pueden aumentar la posibilidad de desarrollar complicaciones durante los vuelos.
Además, aquellos que tienen vuelos de larga duración, es decir, trayectos de más de cuatro horas, deben ser particularmente proactivos. El riesgo de TVP y otros problemas circulatorios aumenta significativamente con el tiempo de inmovilidad.
¿Y qué hay de otras posturas?
Cruzarse de brazos o recostarse puede parecer inofensivo, pero también merecen atención. Mantener una postura neutral, con los pies apoyados en el suelo y ligeramente elevados, es ideal para mantener una circulación óptima. Por supuesto, moverse con frecuencia y cambiar de postura periódicamente es igual de importante.
Así que, la próxima vez que viajes, haz que tu comodidad sea también sinónimo de bienestar. ¡Tu salud te lo agradecerá!