Cuando una pareja intenta ocultar una infidelidad, las palabras que utiliza pueden convertirse en pistas reveladoras. Estas frases no solo reflejan una estrategia para evitar confrontaciones, sino que también exhiben patrones comunes de evasión y autojustificación. Reconocer estas tácticas de lenguaje es clave para entender los comportamientos que acompañan la traición.
“Solo somos amigos”
Esta frase es un clásico cuando alguien busca minimizar una conexión con otra persona. La descripción de alguien como “un simple amigo” sirve como un escudo que calma cualquier sospecha inmediata. Sin embargo, en muchos casos, esta relación de amistad puede tener matices emocionales o físicos que no se comparten abiertamente con la pareja legítima.
Las señales adicionales incluyen evitar profundizar en detalles cuando se les pregunta cómo conocieron a ese “amigo” o por qué pasan tanto tiempo en su compañía.
“Estás siendo paranoico/a”
Una de las respuestas más utilizadas por quienes buscan desviar sospechas es acusar a su pareja de estar imaginando cosas. Etiquetar a la otra persona como celosa o paranoica no solo cambia el enfoque de la conversación, sino que también les da tiempo para organizar una coartada. Esta táctica busca erosionar la confianza del otro y, al mismo tiempo, evitar responsabilidades.
En este tipo de escenario, la manipulación emocional juega un papel fundamental. Al sembrar dudas en el otro, el infiel puede aferrarse a su secreto por más tiempo.
“No puedo creer que no confíes en mí”
La confianza es un pilar en cualquier relación, y apelar directamente a esta idea es una táctica común para evadir preguntas incómodas. Quienes son infieles a menudo utilizan esta frase como un ataque indirecto para evitar responder directamente. Se trata de cambiar el enfoque del asunto en cuestión hacia el sentimiento de culpabilidad de la otra persona.
Esta respuesta, cargada de dramatismo, pretende reforzar la idea de que la relación está en un lugar sólido, cuando en realidad los hechos podrían indicar lo contrario.
“Estoy trabajando hasta tarde”
El trabajo es el pretexto perfecto para justificar tiempos ausentes o conductas inusuales. Usar el empleo como excusa frecuente para justificar largas ausencias, llamadas tardías o incluso viajes inesperados, es uno de los indicios más comunes de alguien intentando ocultar algo.
Presta atención si esta justificación viene acompañada de un cambio drástico en los hábitos y no existen pruebas claras de esa supuesta “sobrecarga laboral”.
“Solo pasó una vez”
Cuando la verdad empieza a salir a la luz, una estrategia común es minimizar la magnitud del problema. Frases como “solo fue un error” o “solo sucedió una vez” buscan contener el daño. Estas palabras intentan presentar la infidelidad como algo aislado o sin importancia en un intento de evitar mayores repercusiones.
Aunque suene plausible, muchas personas descubren después que la relación extramarital se prolongó más de lo que inicialmente se admitió.
“Es complicado”
Cuando las excusas empiezan a agotarse y las preguntas se vuelven más insistentes, las respuestas vagas como “es complicado” entran en juego. El objetivo aquí es evitar dar explicaciones más profundas. Este tipo de evasión crea confusión y mantiene los detalles cruciales en secreto.
Además, frases vagas suelen ir acompañadas de un cambio en el lenguaje corporal, como evitar el contacto visual, respuestas nerviosas o movimientos inquietos.
“No quiero hablar de eso ahora”
Negarse a hablar sobre ciertos temas puede ser otra señal importante. Con frecuencia, esta táctica se utiliza para controlar la narrativa y evitar enfrentarse a la verdad. Aunque puede sonar legítimo en momentos de alta tensión, si se convierte en un patrón repetitivo, es probable que haya algo que se oculta.
Cuando una pareja está realmente comprometida, es más probable que opte por la transparencia y la voluntad de resolver malentendidos.
“Me sentí descuidado/a en la relación”
Una forma de justificar su comportamiento es culpar a la relación misma. Al expresar insatisfacción, el infiel intenta hacer parecer que su decisión de ser desleal fue una reacción circunstancial y no un acto consciente. Esto traslada parte de la culpa al compañero, lo que puede desviar momentáneamente la atención sobre el acto en cuestión.
Sin embargo, ningún sentimiento de insatisfacción justifica traicionar la confianza de la pareja. La comunicación abierta siempre es la mejor solución frente a las dificultades.
“Eres demasiado celoso/a”
Quizás una de las frases más dañinas, esta declaración no solo desvía el foco de atención, sino que genera inseguridades en la pareja traicionada. Al catalogar a la otra persona como altamente celosa, los infieles pueden mantener su narrativa de inocencia mientras silencian cualquier futura sospecha.
Este comportamiento forma parte de las tácticas de gaslighting, donde la realidad del otro es intencionalmente distorsionada.
Lo que el lenguaje revela
Las frases comunes que usa una pareja infiel son herramientas diseñadas para proteger su secreto y, al mismo tiempo, manipular emocionalmente a su pareja. Sin embargo, el lenguaje no es suficiente para tapar los huecos emocionales y las incongruencias en su comportamiento. Cuando estas frases se acompañan de cambios notables en la rutina, actitudes evasivas o defensivas, y un aumento en la privacidad, es hora de prestar atención.
La confianza, una vez quebrantada, requiere tiempo, esfuerzo y voluntad genuina de ambas partes para reconstruirse. Debe quedar claro que la sinceridad y la empatía son los únicos caminos hacia la reconciliación o, en algunos casos, hacia una separación saludable.
