¿Sabías que conducir a esta velocidad reduce el consumo de gasolina?
Conducir de manera eficiente no solo es bueno para el medio ambiente, sino también para tu bolsillo.

La mayoría de los expertos coinciden en que la velocidad ideal para ahorrar combustible oscila entre los 90 y 100 kilómetros por hora. Por encima de este rango, el motor trabaja más y quema más combustible, lo que puede aumentar tu consumo hasta en un 20%. Por otro lado, conducir demasiado despacio puede no ser siempre eficiente, ya que el motor no opera en su punto óptimo.
Si viajas por carretera, una forma sencilla de mantener esta velocidad constante es utilizando el control de crucero. Este sistema ayuda a evitar aceleraciones y desaceleraciones innecesarias, optimizando así el uso del combustible.
Por qué las aceleraciones y frenadas bruscas son tus enemigas
¿Te has dado cuenta de que a veces el tráfico fluido y constante te permite gastar menos gasolina que estar en una ciudad llena de semáforos y embotellamientos? La razón es simple: los motores consumen más energía al acelerar rápidamente y frenan su eficiencia al tener que arrancar de nuevo tras detenerse.
Así que la próxima vez, en lugar de acelerar bruscamente, prueba con un arranque suave y gradual. Anticipar el tráfico y las señales también reduce la necesidad de frenadas repentinas, permitiéndote mantener el impulso del vehículo y, por ende, un mejor rendimiento de combustible.
¿Qué papel juegan las llantas en el consumo de gasolina?
Pocas veces pensamos en la presión de las llantas cuando se trata de ahorrar gasolina, pero este pequeño detalle tiene un impacto significativo. Conducir con llantas desinfladas puede aumentar el consumo de gasolina considerablemente, ya que esto incrementa la resistencia al rodaje.
Para maximizar la eficiencia, asegúrate de que las llantas tengan la presión correcta. En ocasiones, inflarlas entre 0.3 y 0.5 bares por encima de la recomendación del fabricante puede ser beneficioso. Eso sí, siempre con precaución de no exceder el límite máximo.
La importancia del peso y la aerodinámica
¿Tienes el baúl del auto lleno de cosas que no necesitas? Es momento de aligerar la carga. El peso extra aumenta el esfuerzo del motor, lo que significa mayor consumo de combustible. Incluso algo tan sencillo como quitar un portaequipajes que no estés utilizando puede marcar una diferencia.
Además, a velocidades más altas, la aerodinámica juega un papel importante. Mantén las ventanas cerradas en carretera para reducir la resistencia al aire. Si hace calor, es mejor usar el aire acondicionado (de manera moderada) que manejar con las ventanas abiertas y perder eficiencia.

Optimizando el consumo con pequeños hábitos
Además de la velocidad, hay otros hábitos que puedes adoptar para ahorrar combustible. Por ejemplo, si estás detenido en un semáforo durante más de 30 segundos, es mejor apagar el motor. ¿Sabías que dejar el motor encendido en ralentí puede ser tan costoso como acelerar y frenar constantemente?
Otro consejo útil es combinar varias tareas en un solo viaje, porque salir varias veces al día no solo incrementa el kilometraje, sino que también hace que el motor se enfríe y necesite más combustible al volver a arrancar.
El equilibrio entre consumo y seguridad
Aunque ahorrar gasolina es importante, nunca debe comprometer tu seguridad al volante. Por esa razón, hay momentos en los que mantenerte en una velocidad constante podría no ser posible, como en carreteras con curvas pronunciadas o tráfico pesado. La prioridad debe ser siempre adaptarte a las condiciones del camino y conducir de manera segura.
Muchos conductores también se preguntan si conducir extremadamente despacio siempre ahorra más gasolina y la respuesta es no. Conducir por debajo de la velocidad ideal puede hacer que el motor no funcione eficientemente, especialmente en marchas bajas. Por eso, lo mejor es encontrar ese punto medio donde el auto opere de manera óptima sin excesos ni deficiencias. ¿Estás listo para probarlo?