Esto es lo que pasa en tu cuerpo cuando te saltas el desayuno
Aunque podría parecer una manera rápida de ahorrar tiempo o reducir calorías, saltarse esta primera comida puede tener consecuencias en tu salud

El desayuno es conocido como la comida más importante del día, pero ¿qué sucede realmente cuando decides omitirlo? A continuación, te explicamos los efectos más comunes y cómo impactan en tu cuerpo.
Energía en picada y fatiga
Si te saltas el desayuno, lo más probable es que experimentes bajos niveles de energía durante el resto del día, ya que tu cuerpo necesita combustible para empezar las mañanas, y la glucosa que obtienes de la comida juega un papel importante. Sin ella, es común sentirse exhausto o incluso irritado.
Además, esta falta de energía puede provocar problemas de concentración y menor capacidad de reacción, afectando negativamente tu rendimiento en el trabajo, los estudios o cualquier actividad diaria. Si te sientes lento en las mañanas, omitir el desayuno podría ser el culpable.
Alteraciones en el metabolismo
El metabolismo es como un motor que necesita combustible para mantenerse activo. Saltar el desayuno puede ralentizar este proceso, ya que el cuerpo interpreta la falta de alimento como una señal de “ahorro de energía”. Esto no solo dificulta la quema de calorías, sino que también podría contribuir al aumento de peso.
Otro impacto importante es la alteración de las hormonas del hambre, como la grelina y la leptina. Cuando no comes por la mañana, tu cuerpo produce más grelina (que incrementa el apetito) y menos leptina (que te hace sentir lleno), lo que puede derivar en antojos y comer en exceso más adelante.

Riesgos para tu salud a largo plazo
Dejar el desayuno de manera habitual no solo afecta tu día a día, sino también se asocia con problemas de salud a largo plazo. Estudios han demostrado que las personas que omiten esta comida tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades como obesidad, diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares.
La razón detrás de esto está en cómo el cuerpo maneja los niveles de azúcar en sangre y la sensibilidad a la insulina. No desayunar puede llevar a picos de glucosa más altos después de otras comidas, lo que contribuye a un mayor desgaste metabólico. Además, niveles elevados de cortisol (la hormona del estrés) pueden aumentar cuando te saltas el desayuno, afectando tanto tu mente como tu cuerpo.
Salud mental y estado de ánimo
¿Te has sentido de mal humor al empezar el día sin desayunar? Eso no es casualidad. El desayuno impacta directamente en tu estado de ánimo al proporcionar los nutrientes necesarios para regular la producción de serotonina, el químico del “bienestar” en el cerebro. Sin un buen suministro de energía inicial, podrías experimentar irritabilidad, fatiga emocional y estrés innecesario.
Además, las deficiencias de ciertos nutrientes importantes como vitaminas del complejo B o magnesio pueden contribuir a sentimientos de ansiedad o depresión, especialmente si omitir el desayuno se convierte en un hábito recurrente.
¿Puede ayudar a perder peso?
Existe un mito extendido de que no desayunar puede ayudar a reducir calorías diarias. Sin embargo, la realidad suele ser diferente, porque cuando te saltas el desayuno, es probable que termines comiendo más en las comidas posteriores, eligiendo alimentos menos saludables debido al hambre acumulada.
Por otro lado, el ayuno prolongado puede llevar a una pérdida de masa muscular en lugar de grasa, lo que ralentiza aún más tu metabolismo. Si tu objetivo es perder peso, es mejor enfocarte en consumir un desayuno equilibrado con proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos para mantener la saciedad durante más tiempo.
¿Qué puedes hacer para no saltarte el desayuno?
A veces, las mañanas pueden ser caóticas y parece que no hay tiempo para sentarse a desayunar. Pero incorporar esta comida no tiene que ser complicado. Planificar con antelación puede marcar la diferencia: prepara frutas, yogur o avena la noche anterior para que estén listos al despertar.
Si no tienes mucha hambre temprano en la mañana, intenta consumir algo ligero como un batido o un trozo de pan integral con aguacate. Lo importante es darle a tu cuerpo ese impulso inicial que necesita para comenzar el día.