Finlandia prohíbe permanentemente la compra de propiedades inmobiliarias a ciudadanos rusos

Hace unos días, Finlandia tomó una decisión que marca un antes y un después en su política de seguridad nacional. El Parlamento finlandés aprobó una ley que prohíbe a los ciudadanos y empresas rusas la compra de propiedades inmobiliarias en el país. Esta medida responde a crecientes preocupaciones sobre la influencia extranjera en cuestiones estratégicas y refuerza la postura de Finlandia frente a posibles amenazas a su seguridad.
La principal motivación de esta normativa radica en proteger los intereses de Finlandia frente a países involucrados en conflictos armados o que representen un riesgo potencial. Aunque el texto de la ley no menciona explícitamente a Rusia, el contexto es evidente. La medida surge en medio de las tensiones provocadas por la invasión rusa de Ucrania en 2022, un hecho que cambió dramáticamente la percepción de la seguridad en Finlandia y en toda Europa.
El Ministro de Defensa, Antti Häkkänen, señaló que esta ley no solo refuerza la seguridad fronteriza, sino que también evita que agentes extranjeros ejerzan influencia a través de la adquisición de tierras consideradas estratégicas. Con esta decisión, Finlandia demuestra que prioriza la estabilidad y la protección de su soberanía.
¿Qué implica esta nueva ley?
Para los ciudadanos rusos, sea a título personal o a través de empresas, la compra de bienes inmuebles en Finlandia está ahora prohibida salvo en casos excepcionales. Por ejemplo, los rusos que tengan residencia permanente en Finlandia o permisos de residencia de la Unión Europea podrán solicitar permisos específicos al Ministerio de Defensa para realizar compras. Sin embargo, esto no garantiza que dichas solicitudes sean aprobadas automáticamente.
Además, cualquier operación inmobiliaria sospechosa de utilizar intermediarios para eludir la prohibición será investigada y, en caso necesario, bloqueada, dejando claro que las autoridades finlandesas no tomarán riesgos en un tema considerado crucial para su seguridad nacional.

Consecuencias en los bienes inmuebles ya adquiridos
Uno de los puntos que genera interés es qué pasará con los bienes ya adquiridos por ciudadanos y empresas rusas. Según datos recientes, actualmente existen unas 3,500 propiedades en Finlandia registradas a nombre de ciudadanos rusos. Estas suelen ser cabañas rurales y viviendas recreativas. Aunque la ley no afecta directamente a estas propiedades, abre la puerta a nuevas regulaciones para gestionarlas en el futuro.
Cabe destacar que, en 2024, las autoridades finlandesas ya habían bloqueado 17 transacciones inmobiliarias realizadas por ciudadanos rusos, sentando las bases para la ley actual. Esto demuestra que el país ya estaba tomando medidas preventivas antes de implementar esta prohibición definitiva.
Respaldo político y ciudadano
Tanto el gobierno como la oposición parecen coincidir en la necesidad de tomar medidas firmes para proteger la seguridad nacional. Incluso, el Parlamento aprobó la ley de manera unánime, subrayando la importancia de este tema para todos los sectores políticos de Finlandia.
En cuanto a la opinión pública, la reacción ha sido mayoritariamente positiva. Muchos finlandeses ven en esta prohibición un paso lógico tras las tensiones crecientes con Rusia, especialmente luego de que Finlandia se uniera a la OTAN en 2023, lo que ya había tensado las relaciones entre ambos países.
Un mensaje claro
La decisión de Finlandia envía un mensaje rotundo: la seguridad nacional está por encima de cualquier interés económico. Y aunque esta medida podría generar tensiones diplomáticas y posiblemente represalias por parte de Rusia, Finlandia deja claro que está dispuesta a asumir las consecuencias en favor de su soberanía.
Al mismo tiempo, esta ley podría inspirar a otros países europeos a tomar medidas similares, especialmente aquellos que comparten fronteras o tienen relaciones tensas con Rusia. La integración de Finlandia en la OTAN y su enfoque en la seguridad nacional refuerzan su papel como líder en cuestiones estratégicas en la región nórdica.
Aunque pueda parecer una decisión drástica, refleja la realidad de un contexto global donde la influencia extranjera y los conflictos armados exigen respuestas firmes.