Esto es lo que puede ocurrir si adelantas a la Guardia Civil en la carretera

Adelantar en carretera siempre genera un pequeño cosquilleo, pero hacerlo frente a un coche de la Guardia Civil multiplica la tensión. A muchos les pasa: ves el icono verde, el uniforme y te preguntas si será mejor quedarse detrás. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha resuelto esta duda con una respuesta clara y directa, eliminando los mitos que giran alrededor de este tema tan común.
No existe ninguna norma especial que impida adelantar a la Guardia Civil de Tráfico cuando circulan por carretera sin luces o sirenas activadas. Estos vehículos oficiales, en condiciones normales, tienen los mismos derechos y obligaciones que cualquier otro coche que va por la vía. La clave está en cumplir la normativa de tráfico, anticipar bien la maniobra y respetar la velocidad máxima.
Adelantar a la Guardia Civil:
Muchos piensan que es preferible no rebasar nunca a un coche de la Guardia Civil para evitar problemas. Sin embargo, la DGT ha sido clara: puedes adelantar a un vehículo oficial siempre que lo hagas de forma legal y segura. No hace falta quedarse atrás solo por tratarse de la autoridad.
La maniobra de adelantamiento exige sentido común. Primero hay que comprobar los retrovisores, señalizar con tiempo y asegurarse de que se puede volver a la derecha sin poner en peligro a nadie. Adelantar por la izquierda, nunca por la derecha, y sólo cuando la visibilidad y el estado de la vía lo permitan. Todo igual que con cualquier otro coche.
La diferencia llega si la Guardia Civil lleva luces azules o sirenas en funcionamiento: ahí debes facilitarle el paso porque tienen prioridad total. En ese caso, la recomendación es clara: deja libre el carril y crea un corredor de emergencia si es necesario.
Límites de velocidad
Hasta hace poco, en carreteras secundarias se permitía superar el límite de velocidad en 20 km/hora si el lugar estaba habilitado para adelantar. La DGT eliminó este margen y ahora no existe ninguna excepción: el límite es el que marca la vía y no se puede superar bajo ningún concepto, ni siquiera para adelantar, da igual si hay un Guardia Civil delante o cualquier otro vehículo.

En autopistas o autovías, si circulas detrás de un coche oficial que va por debajo del límite de 120 km/h, puedes adelantarlo sin miedo y sin pisar más el acelerador de la cuenta. Respetar los límites se ha convertido en una regla estricta y hay radares atentos a cualquier exceso.
Seguridad y sentido común en la carretera
La DGT insiste: la seguridad es la prioridad. Hacer adelantamientos bruscos, sin distancia suficiente o con maniobras peligrosas puede terminar con una sanción, aunque el coche que adelantes no sea oficial. Frenar fuerte, invadir el arcén, cambiar de carril sin señalizar… todas esas acciones pueden ser motivo suficiente para que te den el alto.
La presencia de un vehículo de la Guardia Civil no debería cambiar tu comportamiento al volante si ya conduces cumpliendo las normas. Si te mantienes dentro de los límites, no haces maniobras sospechosas y señalizas cada movimiento, la vigilancia de la patrulla solo será un factor más en el tráfico, no una amenaza.
¿Qué pasa si te adelantan ellos?
A veces sucede lo contrario: la Guardia Civil te adelanta, a menudo con prisa pero sin luces ni sirenas. En estos casos, tampoco existe un trato diferente. Solo tienen preferencia cuando circulan en situaciones de urgencia, debidamente indicadas. Mientras tanto, deben seguir las mismas normas y pueden ser sancionados si cometen una infracción al adelantar, igual que cualquier conductor.
Si detectas alguna maniobra inusual por parte de un coche oficial, es recomendable mantener la calma y continuar tu camino cumpliendo con las normas. Ellos están sometidos a los mismos controles y responsabilidades para asegurar la seguridad vial.
La DGT recuerda que las sanciones por adelantar de forma incorrecta pueden ser graves. No respetar la distancia lateral, realizar un adelantamiento en línea continua o no señalizar con los intermitentes puede costar dinero, puntos y, lo más importante, poner vidas en peligro.