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Esta fue la última voluntad del Papa Francisco

El papa Francisco, líder espiritual de millones y símbolo global de humildad y cambio social, dejó clara su última voluntad en un testamento que refleja perfectamente quién fue en vida. Este documento, hecho público tras su fallecimiento en abril de 2025, muestra un mensaje poderoso de sencillez, humildad y firme compromiso espiritual. Lejos de optar por la fastuosidad habitual de los papas, Francisco decidió despedirse del mundo con el mismo espíritu cercano a los pobres y marginados que guió su papado.

Un deseo simple, su lugar de descanso

El testamento de Francisco, fechado en junio de 2022, expresa de manera sencilla una petición muy específica: ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma. No quiso la cripta de San Pedro ni honores excepcionales, ya que pidió un sepulcro en tierra, sin adornos, decoraciones o lujos especiales. Sobre la tumba, solo quería la inscripción “Franciscus”.

Este gesto dice mucho más que mil discursos. La basílica elegida era para él un lugar especial de oración y encuentro con la Virgen María, especialmente bajo la advocación de Regina della Pace. Cada vez que salía de viaje apostólico, Francisco acudía a este santuario, confiando ante la Virgen sus intenciones y preocupaciones.

La humildad en la muerte como en la vida

Francisco dejó instrucciones claras de que sus gastos funerarios debían ser cubiertos por un benefactor anónimo, sin anuncios ni reconocimientos. Su deseo era que todo fuera sobrio y silencioso, fiel a su estilo de vida y mensaje.

Esta decisión es coherente con la imagen de un papa que protagonizó reformas importantes, abrió la Iglesia a los debates sociales más actuales y buscó la cercanía con los más desfavorecidos. Su mensaje final rechaza la ostentación y coloca la humildad como virtud central, incluso frente al último adiós.

El final de un papa distinto

La muerte de Francisco, ocurrida a los 88 años tras un ictus cerebral en la Casa Santa Marta, estuvo rodeada de la misma sencillez que marcó toda su existencia. Los últimos días los vivió como siempre: activo, involucrado en la Misa de Pascua y en una visita a la cárcel Regina Coeli, a pesar de su frágil salud y el consejo médico de guardar reposo.

Tras su fallecimiento, el Vaticano activó los protocolos tradicionales y adaptó los ritos siguiendo el estilo solicitado por Francisco. No hubo grandes fastos, sino una despedida acorde a su legado humilde y cercano. La gestión de la Iglesia durante la fase de “sede vacante” recayó en el cardenal camarlengo, encargado de organizar el periodo de transición hacia el nuevo pontífice mediante el cónclave.

Una herencia para la Iglesia y el mundo

La última voluntad de Francisco cierra una era y abre el debate sobre el futuro de la Iglesia. Su papado queda marcado por la inclusión social, el diálogo interreligioso, la defensa de los derechos de la mujer y la denuncia de las injusticias. Supo tocar temas incómodos como la pobreza, la migración y el papel de la Iglesia en una sociedad que cambia rápido.

Los líderes mundiales y los fieles han coincidido en resaltar su imagen como el “Papa de los pobres”, capaz de emocionar y de transmitir esperanza en tiempos difíciles. Su despedida inspira a seguir caminando en la línea del amor al prójimo, la búsqueda de la justicia social y la solidaridad con los que más sufren.

La sencillez de su funeral y la elección de su tumba en un lugar menos visible envían un mensaje silencioso, pero fuerte: lo esencial no está en el brillo exterior.

Un adiós fiel a sus principios

La última voluntad de Francisco es una invitación a mirar lo esencial, a desprenderse de lo superficial y a vivir con autenticidad. Su elección del lugar de entierro, la modalidad del funeral y la petición de austeridad lo pintan de cuerpo entero: fue un líder que priorizó el mensaje sobre la apariencia, el amor sobre las reglas y la humanidad sobre los protocolos.

El mundo recuerda su paso no solo por las reformas o los gestos políticos, sino también por la coherencia entre lo que decía y hacía: abrazar la sencillez hasta el final. En sus instrucciones póstumas, Francisco deja abierto un legado de esperanza y fraternidad.

Cuando el humo blanco vuelva a salir del Vaticano y el mundo tenga un nuevo papa, la pregunta será si la Iglesia mantendrá vivo el espíritu de sencillez y cercanía que Francisco pidió hasta su último instante.

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Veronica Pereira

Veronica siempre ha tenido una pasión por la escritura desde su infancia; hija del padre de un médico y madre naturópata, siempre ha estado inmersa en remedios naturales; se ha convertido en correctora/editora de libros de medicina y escritora independiente para blogs que tratan sobre medicina en general o sobre prevención en particular.

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