Cuanto más comas alimentos ricos en grasas, más tendrás hambre
Si eres de los que siempre tiene hambre y no para de picar entre horas, saludable o no, estas son las razones por las que tu cuerpo te pide comida todo el tiempo.
Los investigadores han identificado uno de los principales mecanismos de la obesidad al demostrar por primera vez que una dieta rica en grasas altera la función de una enzima responsable de transmitir el mensaje de saciedad de los intestinos al cerebro.
Cuanto más grasa comes, más hambre tienes
La obesidad afecta a más del 10% de la población mundial y entre las razones que pueden conducir a este fenómeno, los científicos han identificado hasta ahora varios problemas metabólicos o genéticos, así como trastornos de manejo de emociones negativas, compensados por un consumo excesivo de alimentos. Pero un equipo de investigadores franco-belgas acaba de revelar que también había otro mecanismo involucrado: comer grasa causa que la enzima responsable de transmitir el mensaje de saciedad funcione mal. Los hallazgos de su trabajo fueron presentados en la revista científica Nature Communications.
Este mensaje es transmitido por la enzima NAPE-LD, que produce N-aciletanolamina (NAE), un tipo de ácido graso que se encuentra degradado en las personas obesas. Cuando la enzima funciona correctamente, regula el metabolismo de la glucosa y los lípidos, así como la ingesta de alimentos y la inflamación a través de varios receptores. Luego, el intestino activará las neuronas anoréxicas (cesando la ingesta de alimentos) en el hipotálamo. Si se ingiere grasa, la actividad de la enzima disminuye y las señales le informan al cerebro que deje de comer. Comemos más y gastamos menos energía, lo que lleva al aumento de peso.
Muchas pistas terapéuticas evocadas para tratar la obesidad
Como parte de su investigación, los científicos han podido observar que los ratones que ya no tienen esta enzima en el intestino no pueden evitar comer alimentos grasos, y por lo tanto comieron más de los ratones en los que no se alteró la función de la enzima. Los ratones privados de NAPE-LD desarrollaron hígado graso, se volvieron obesos y gastaron mucho menos energía. Como dijo el equipo en una declaración: «Una dieta alta en grasas altera el eje cerebral intestinal. El cuerpo no reacciona adecuadamente a este consumo excesivo de grasa, el apetito ya no está regulado y el sujeto se engorda”.
El descubrimiento del papel fundamental de esta enzima en la regulación del apetito, proporciona a los investigadores enfoques terapéuticos efectivos para combatir el flagelo de la obesidad. La administración de ácidos grasos para reducir el apetito, bloquear su proceso de degradación o restaurar el funcionamiento de la enzima podría permitir a muchos pacientes controlar mejor su peso. Para restablecer el eje intestino-cerebro, los investigadores también mencionaron un suplemento alimenticio que contiene una bacteria (Akkermansia muciniphila) capaz de modular la producción de ácidos grasos bioactivos, sin pasar por la enzima NAPE-LD. Podría comercializarse en 3 años.
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