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Estos 6 olores revelan su estado de salud

Los olores pueden evocar un sinfín de emociones y traer recuerdos primitivos, latentes u olvidados. Algunos perfumes pueden encender la pasión o amplificar la magia del momento, mientras que otros pueden perturbar y extinguir totalmente la libido. A veces, el cuerpo emite olores desagradables. ¿Por qué? Puede ser simplemente una mala higiene personal, así que presta un poco más de atención y sigue unos pequeños pasos para remediar el problema. O podría ser mucho más grave. Debe saber que hay olores que nunca deben subestimarse, ya que pueden indicar la presencia de una infección, intolerancia alimentaria o patología.

A continuación, le indicaremos seis olores que revelan su estado de salud. Aquí están las posibles explicaciones de los malos olores en relación con el aliento, las heces, la orina, la secreción vaginal y los pies.

  1. Pies que apestan

¿Pies malolientes? ¿Cuántas veces te han rogado que no te quites los zapatos para evitar dejar a todos muertos por el olor que tus «pies de hada» podrían desprender? Si te ha pasado al menos una vez, probablemente te preguntes qué causa el olor desagradable. Podría ser simplemente la mala higiene o el calzado equivocado. O la causa podría ser mucho más grave.

¿Has oído hablar del pie de atleta? Bromas aparte, no hay ironía en lo que vamos a contarte. El pie de atleta es una patología caracterizada por un mal olor, fuerte y persistente, y la presencia de síntomas como el enrojecimiento y la sequedad de la piel entre los dedos de los pies. A veces, también pueden producirse pequeñas heridas, engrosamiento plantar y descamación.

¿Cómo intervenir? Debe consultar a su médico de cabecera. Las soluciones podrían consistir en el uso de aerosoles o cremas antimicóticas que pueden adquirirse en las farmacias sin receta médica (se aplicarán por la mañana y por la noche durante 4 ó 5 semanas para permitir que la piel se reconstituya) o en un tratamiento con medicamentos que se tomarán por vía oral.

  1. El mal olor de las heces

Las heces malolientes pueden ser causadas por intolerancias alimentarias, en particular la intolerancia a la lactosa causada por la deficiencia de lactasa en el intestino delgado. ¿Pero qué pasa con la lactosa no digerida? Se envía directamente al colon y allí se produce la fermentación, que es la causa del mal olor.

Si tiene intolerancia a la lactosa, lo más probable es que haya experimentado otros síntomas molestos, como dolor de estómago y diarrea.

¿Pero cuáles pueden ser las causas de las heces malolientes además de la intolerancia a la lactosa? Todas aquellas condiciones que causan inflamación o infecciones importantes del tracto digestivo como la colitis, la diverticulitis y las neoplasias intestinales.

  1. Lee también:

    El mal aliento

El mal aliento, o halitosis, es ese particular olor desagradable que se emite durante la respiración. La clásica «respiración pesada» crea vergüenza y puede estar relacionada con una variedad de factores.

Por ejemplo, si su aliento huele a pescado podrido, puede tener un problema metabólico. El olor a acetona podría ser un síntoma de diabetes. Un olor purulento podría deberse a un problema pulmonar.

Si tienes mal aliento después de dormir, especialmente si tienes un olor extraño a queso mohoso, debes saber que la causa está relacionada con la baja producción de saliva por la noche, lo cual es normal. Pero procedamos en orden y analicemos cuáles son las posibles explicaciones del mal aliento.

La halitosis puede ser causada:

  • por el consumo alimentario de sustancias de olor nauseabundo y que contienen aceites esenciales. Es bien sabido que, si comes cebollas, ajo u otras especias, tu aliento será desagradable. ¿Por qué? Déjeme explicarle brevemente lo que sucede. Tan pronto como estos alimentos entran en el torrente sanguíneo, llegan a los pulmones y dan a su aliento el característico mal olor. Así que, si vas a pasar una noche galante en dulce compañía, es mejor evitar comer ciertos alimentos;
  • del consumo de azúcar (incluidos los dulces y las bebidas azucaradas) que puede promover el desarrollo de la flora bacteriana. Lo mismo ocurre con los productos lácteos (leche, yogur, helado, queso, etc.), algunas especias, té y café consumidos en dosis excesivas;
  • por los procesos metabólicos de las bacterias de la placa oral;
  • la presencia de tejidos patológicos capaces de producir tioles que contienen átomos de azufre en su molécula.

Además, el mal aliento puede ser causado:

  • de fumar cigarrillos u otros productos que contengan tabaco;
  • una escasa higiene bucal. En la boca quedan los residuos de comida sobre los que actúan las bacterias de la flora bucal, produciendo así sustancias metabólicas de olor desagradable;
  • una mala higiene en presencia de los aparatos dentales;
  • problemas dentales, en particular infecciones dentales, abscesos dentales, caries, enfermedades de las encías, heridas quirúrgicas, dientes que deben ser desvitalizados;
  • la sequedad de la boca, vinculada a la mala salivación;
  • ciertos medicamentos que pueden contribuir a la sequedad de la boca u otros medicamentos que, al descomponerse en el cuerpo, liberan sustancias químicas;
  • infecciones crónicas de amígdalas;
  • de las infecciones de adenoides (en los niños);
  • sinusitis aguda y crónica;
  • …la rinitis crónica y la rinitis alérgica;
  • placas blancas en las amígdalas;
  • reflujo gastroesofágico;
  • algunas formas de cáncer (como el cáncer de estómago y de esófago);
  • enfermedades metabólicas que pueden dejar un característico olor y sabor «metálico»;
  • el consumo excesivo de alcohol que provoca la deshidratación de la mucosa oral;
  • Obstrucción persistente de los conductos nasales: la respiración fisiológica por la nariz se hace difícil, si no imposible, y obliga a la respiración oral, especialmente por la noche. Esto provoca sequedad de la boca y la alteración de los equilibrios físicos y bioquímicos que favorecen la formación de sustancias con mal olor;
  • enfermedades del hígado, como la cirrosis hepática;
  • de hablar durante períodos prolongados: es la llamada «halitosis del hablante» la que provoca sequedad de boca.
  1. Orina maloliente

Generalmente, la orina debe ser clara, inodora y de color amarillo pajizo. A veces, la orina puede oler mal. ¿Por qué? Entre las causas figuran la dieta (por ejemplo, el consumo de espárragos, coliflor, ajo) y el uso de ciertos antibióticos.

Además, la presencia de un olor similar al del amoníaco o la lejía puede ser un síntoma de infecciones del tracto urinario o de infecciones de riñón, uretra o vejiga. Si el olor desaparece en 48 horas y se produce ocasionalmente, no hay que preocuparse, mientras que, si persiste durante tres o cuatro días, es aconsejable consultar a su médico.

  1. El olor de la diabetes

¿Conoces el olor de la acetona? Si el sabor de tu boca te recuerda al clásico quitaesmalte de uñas, podrías estar sufriendo de diabetes tipo 1. ¿Pero qué pasa si eres diabético? Tu cuerpo no es capaz de producir o utilizar la insulina, una hormona clave para la transformación de los alimentos en energía. Normalmente, la insulina se libera en el cuerpo después de las comidas y permite que la glucosa, extraída de los alimentos, llegue a las células nerviosas y cerebrales. En ausencia de insulina, la glucosa permanece «atrapada» en la sangre y no puede llegar a estas células.

El cuerpo, al no poder utilizar la glucosa como fuente de energía, utiliza los ácidos grasos para obtenerla. En este proceso, se forman cuerpos cetónicos que causan mal olor en el aliento. Olor que también puede aparecer después de vomitar o si se siguen dietas particularmente restrictivas que eliminan completamente los azúcares. De cualquier manera, es una señal peligrosa de deficiencia de glucosa. Por lo tanto, deben adoptarse medidas para compensar el grave déficit metabólico que, de persistir, podría conducir a un coma cetoacidoso.

  1. La secreción vaginal de las mujeres

Normalmente, la secreción vaginal es clara, tiene un color cristalino y es inodora. Cuando se vuelve abundante, toma un color blanquecino y huele a levadura, podría ser una infección causada por la cándida. Otros síntomas pueden incluir picor o irritación de las membranas mucosas. Estas molestias pueden aparecer durante el embarazo, en presencia de ciertas patologías como la diabetes, como resultado de una inmunodeficiencia, debido a la aparición de una patología neoplásica del útero.

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Angie Bravo

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