7 preguntas sobre el cáncer colorrectal
El cáncer colorrectal: Con 44.000 nuevos casos al año y 18.000 muertes, es uno de los cánceres más frecuentes en España: el segundo en mujeres, después del de mama, y el tercero en hombres, tras el de próstata y el de pulmón.
El término colorrectal incluye los cánceres de colon (2/3 de los casos) y de recto (1/3). La mayoría de las veces se desarrollan a partir de adenomas (comúnmente llamados «pólipos»), que son el resultado de anomalías celulares y forman excrecencias en la mucosa. Si se detectan a tiempo, pueden curarse en 9 de cada 10 casos. Sin embargo, con demasiada frecuencia se diagnostican tarde, a pesar de que hace diez años se introdujo el cribado a partir de los 50 años.
¿Cuáles son las señales de alarma?
Sangre en las heces, dolor abdominal, alternancia de diarrea y estreñimiento, pérdida de peso, anemia, tensión rectal y/o sensación de falsa necesidad. Estos signos deben llevar a una consulta con el médico, que puede prescribir una colonoscopia.
¿Si no tengo síntomas, no estoy enfermo?
La transformación de un adenoma en cáncer puede durar diez años. Se desarrolla de forma silenciosa, antes de que los síntomas sean perceptibles. Por eso, a menudo se descubre tarde. En el 30% de los casos, ya se encuentra en una fase metastásica, lo que complica su tratamiento.
¿Cuál es mi nivel de riesgo?
Hay tres niveles. El nivel muy elevado (5% de los cánceres colorrectales) afecta a las personas que presentan una anomalía genética hereditaria que provoca un defecto en la reparación del ADN (síndrome de Lynch) o una presencia importante de pólipos (poliposis adenomatosa) que aumenta el riesgo. Se les remite a una consulta de oncogenética para identificar las mutaciones y se aconseja un seguimiento intensivo con colonoscopia.
El nivel alto (15-20% de los casos) se refiere a las personas con antecedentes personales (ya sea cáncer o adenoma) o familiares (de primer grado), así como a las que padecen una enfermedad inflamatoria intestinal. Se recomienda una colonoscopia cada 5 años.
El nivel medio se aplica a las personas mayores de 50 años sin antecedentes familiares.
¿Se puede prevenir este cáncer?
Además de la genética, intervienen factores ambientales: alcohol, tabaco, consumo excesivo de carnes rojas y embutidos, exceso de peso, falta de actividad física. Con un estilo de vida saludable se puede prevenir., aunque esto no proporciona una inmunidad total. Queda un tercer factor: el azar. De ahí la importancia de participar en el programa de cribado introducido en 2009.
En concreto, ¿Cómo se organiza el cribado?
Entre los 50 y los 74 años, se le envía una carta cada dos años en la que se le invita a consultar a su médico para obtener un «kit de detección». También puede ser administrado por un especialista (ginecólogo, hepato-gastroenterólogo, etc.). La prueba consiste en tomar una muestra de heces en casa y enviarla para su análisis. Desde 2015, una nueva prueba «inmunológica», más sensible, puede detectar rastros infinitesimales de sangre. Si es positivo, no te asustes. Su médico le prescribirá una colonoscopia. En un 30-40% de los casos se descubre una lesión precancerosa que puede ser extirpada directamente durante el examen. En un 8 o 10% de los casos se detectará el cáncer.
¿Cuáles son los tratamientos?
La cirugía suele ser el primer tratamiento. La extirpación del tumor requiere la extracción de un trozo de colon. Posteriormente, se puede administrar quimioterapia para prevenir la recurrencia. A veces, la quimioterapia precede a la cirugía, sobre todo en casos de metástasis. En el caso del cáncer de recto, la radioterapia y la quimioterapia se combinan cada vez más para reducir el tumor antes de extirparlo. La operación a veces requiere la extirpación del recto.
¿Se puede vivir normalmente después de un cáncer colorrectal?
Si la extirpación parcial del colon puede provocar una aceleración del tránsito, es el cáncer de recto el que tiene consecuencias más invalidantes. «Gracias a la mejora de la tasa de supervivencia, hay más preocupación por la calidad de vida de los pacientes», subraya el profesor Rullier, cirujano del Hospital Universitario de Burdeos, que demostró en un estudio publicado en 2017 en The Lancet que el 40% de los tumores pequeños eran neutralizados por la radioquimioterapia, haciendo innecesaria la extirpación del recto. «En diez años, la mitad de los cánceres de recto se curarán conservando el órgano», afirma. Un enfoque revolucionario en el que Francia está a la vanguardia. Al mismo tiempo, el cribado debería limitar las situaciones de emergencia, reduciendo también el número de ostomías.
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