8 preguntas a las que nunca debes responder con sinceridad en el trabajo
Aunque suene contraproducente, en el trabajo la honestidad puede estar un poco sobrevalorada. Aunque las empresas manejan esa idea de que la verdad es la mejor opción, en realidad están mintiendo. Es cierto que la honestidad es lo mejor en gran número de situaciones, pero no la recomendamos en el ámbito profesional. Las personas mienten por muchas razones, a veces para ser amables, para no herir a los demás, para favorecer su interacción social o simplemente para no generar problemas.
Pero ¿Qué tipo de preguntas se deben evitar responder con sinceridad para no tener problemas en el trabajo? Hoy veremos ocho de ellas.
¿Viniste a trabajar con resaca?
Si respondes afirmativamente, es probable que no se quede únicamente en un llamado de atención. Es mejor que digas que no has dormido bien. En caso de que la resaca sea muy fuerte y no puedas negarla, será mejor que te tomes el día libre.
¿Qué opinas de “X” compañero?
Hablar mal de los compañeros de trabajo es una conducta errónea que debe ser completamente evitada. Es mejor concentrarse en las fortalezas de los demás si te piden que opines. Puede que te pregunten directamente por los puntos débiles de alguien, pero en este tipo de casos es mejor ahorrar los comentarios.
¿Dónde crees que te ves dentro de cinco años?
Una pregunta clásica de las entrevistas de trabajo. Teniendo en cuenta que en muchos casos los contratos tienen cláusula de permanencia, debes pensar bien lo que vas a decir, a veces decir que se aspira a más es contraproducente. Lo mejor es decir que se ve al trabajo como una gran oportunidad para ti y que dentro de cinco años ves grandes posibilidades de ayudar a mejorar la productividad de la empresa.
¿Por qué estás dejando tu trabajo actual?
Otra pregunta frecuente de las entrevistas de trabajo. Algunas respuestas sinceras suelen ser «odio a mi jefe actual», «odio a mi empresa» o «quiero ganar más dinero». Imaginamos que ya sabes que estas respuestas pueden ser usadas en tu contra. Una de las respuestas más “permitidas” es decir que estas a gusto en tu cargo actual, pero que ha llegado el momento de pasar por un cambio y asumir nuevos retos. En cualquier caso, se debe convencer al entrevistador de que deseas cambiar de trabajo por las razones más nobles y altruistas.
¿Qué piensas de mi trabajo como jefe?
Si crees que es un buen jefe, sé honesto y di la verdad, pero si es un tirano, será mejor evitar responder. Puede que sea difícil, pero resalta esos pequeños puntos positivos. En caso de que no puedas ser halagador, intenta utilizar un lenguaje amable y prudente.
¿Cuál crees que es tu mayor debilidad?
La honestidad total aquí no es la mejor opción. Decir que eres perezoso o impuntual son aspectos que pueden negarte obtener un cargo, pero tampoco son buenas las frases como «soy demasiado perfeccionista» o «me exijo demasiado». Trata de encontrar una respuesta intermedia y habla de las habilidades que tienes y que quieres mejorar.
¿Has ido a otras entrevistas de trabajo?
Responder que si puede ser visto como algo negativo por el encargado de la entrevista, es mejor decir una pequeña mentira. Aunque sea falso, estás trasmitiendo un mensaje positivo que dice que estás exclusivamente interesado en el cargo ofrecido.
“¿Crees que tomamos una mala decisión?”
Es cierto que en ocasiones se puede responder sinceramente. Pero si se trata de un caso en el que la empresa ha invertido mucho o es un proyecto de gran tamaño, ser negativo puede hacerte quedar como un estorbo o una persona poco optimista. Lo mejor será encontrar algo positivo que decir o mantenerse neutro. De esta manera no sonarás como un pesimista o como alguien que solo busca afectar al ambiente de trabajo ante los ojos de los demás.