Sudores nocturnos: 9 explicaciones médicas
Despertarse en mitad de la noche empapado en sudor es una situación más habitual de lo que imaginamos. Veamos algunas explicaciones y por qué es importante ponerse en manos de un médico lo antes posible.
Las causas de los sudores nocturnos.
Todos hemos tirado de la manta en las noches calurosas o nos hemos despertado sudando después de una pesadilla. Lo cierto es que la sudoración nocturna suele ser más molesta que peligrosa.
De hecho, si te levantaste con el pijama o las sábanas empapadas, podría tratarse de hiperhidrosis del sueño (sudores nocturnos). Los estudios demuestran que este es un problema más común de lo que se cree, afectando a entre el 10% y el 40% de la población adulta. Pero sus desencadenantes son tan diversos, que no existe un remedio universal para tratar el problema. Por eso hoy veremos una pequeña lista de causas, desde las más comunes hasta las más raras.
Cafeína.
En algunos casos, los sudores nocturnos son el resultado del consumo excesivo de café. La cafeína es un estimulante que excita al sistema nervioso central, especialmente en las mujeres posmenopáusicas. Por lo tanto, se recomienda reducir el consumo de café a solo dos tazas por día y alejadas de las horas de descanso para evitar sus efectos.
Trastornos de la tiroides.
La tiroides puede ser la causante de estos sudores inexplicables, y sucede porque la glándula distribuye la energía por todo el cuerpo. Además, la producción excesiva de la hormona tiroxina provoca el hipertiroidismo, que potencia el metabolismo.
Esta aceleración metabólica puede desencadenar sudores nocturnos y otros síntomas como aumento del apetito, taquicardia o pérdida de peso involuntaria. Este trastorno se diagnostica después de haber pasado por un análisis de sangre.
Ansiedad.
La sudoración causada por el estrés es diferente de la sudoración causada por el esfuerzo físico. Lo generan las glándulas sudoríparas apocrinas de las axilas, la ingle y el cuero cabelludo, según la Asociación Canadiense de Dermatología.
Cuando se tiene mucho calor, otras glándulas también pueden liberar sudor. Para ayudar a disminuir la ansiedad, puedes probar con el yoga suave, ejercicios de respiración profunda o meditación antes de ir a dormir para regular la segregación de sudor.
Hipoglucemia.
Los sudores nocturnos en personas con diabetes tipo 1 puede estar relacionado con niveles bajos de azúcar en sangre. Esto provoca la secreción de epinefrina (o adrenalina), la hormona del estrés que puede provocar sudoración. También puede ser resultado de una mala dosificación de la insulina a la hora de ir a dormir, señala el Instituto Universitario de Cardiología y Neumología de Quebec.
Menopausia.
Cerca del 85% de las mujeres menopáusicas pasan por sofocos. Durante este periodo, los niveles de estrógeno y progesterona fluctúan, provocando sofocos. Te recomendamos colocar un ventilador junto a tu cama y encenderlo especialmente cuando lleguen esos calores y puedas mantenerte seca durante la noche.
Síndrome premenstrual (SPM).
Las mujeres jóvenes pueden pasar por sudores nocturnos debido a la influencia de las mismas hormonas que en el caso de las mujeres posmenopáusicas. Los investigadores han descubierto que las mujeres en la fase lútea, que es la segunda fase del ciclo menstrual y el punto álgido del SPM, sudan más que durante la primera fase de todo su ciclo.
Medicamentos.
Algunos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), y los destinados a la diabetes, como la metformina, pueden provocar sudores nocturnos mientras se duerme.
Alcohol.
Una copa de vino relaja antes de ir a la cama, pero también hace que nos despertemos todo sudados. El alcohol puede alterar el funcionamiento del sistema nervioso y la capacidad del cuerpo para regular y controlar su temperatura. De hecho, puede provocar la dilatación de los vasos sanguíneos y aumentar la temperatura general del cuerpo demasiado.