Desde el uso de cenizas de chimenea, hasta cáscaras de huevo, posos de café y diversos macerados vegetales. Hoy veremos cómo preparar abonos 100% naturales y lo mejor de todo: gratis.
Hablar de abonos caseros puede parecer desmesurado, debido a que la mayor parte de los abonos naturales son productos listos para utilizar y únicamente requieren una breve preparación antes de su aplicación. No solamente la materia orgánica, los macerados necesitan un poco más de esfuerzo, pero puede ser satisfactorio en términos de abastecimiento de micronutrientes para las plantas.
Agregarle abono al jardín significa mejorar la capacidad vegetativa de las plantas que, en la situación de las ornamentales, se traduce en más flores, y en la situación de las frutas y hortalizas, se traduce en cosechas más abundantes.
El mejor abono natural que ha existido es el estiércol bien maduro, seguido por el compost, pero hay ciertos elementos de uso común que tienen la posibilidad de ser útiles para estimular la tierra de tu huerto, jardín y macetas.
Abono natural de bricolaje.
Veamos una lista de abonos naturales de bricolaje fáciles de preparar:
Posos de café.
Los posos del café liberan nitrógeno y antioxidantes en el suelo, pueden agregarse al compost o sencillamente esparcirse en la tierra. Aun así, los posos del café pueden acidificar el suelo, por lo que es mejor utilizarlos con moderación para las plantas que requieren un pH específico. También se puede incluir en plantas ornamentales como geranios, azaleas, rododendros, camelias, etcétera.
Levadura de cerveza.
La levadura de cerveza funciona como un protector natural contra algunos insectos. Además, debido a sus micronutrientes, la levadura de cerveza es un abono natural que optimización la floración de las rosas. Para elaborar este abono natural, basta con disolver 3 cucharadas de levadura de cerveza en 10 litros de agua tibia. Usa el agua para regar el jardín.
Cáscaras de plátano.
Si estás buscando un abono natural para hacerlo tú mismo, lograrás hallar lo que buscas en las cáscaras de plátano. Para usar este abono, basta con cortar las cáscaras en trozos pequeños y enterrarlas superficialmente. Además, se puede fabricar un abono para la fertirrigación, solo tienes que macerar las cáscaras de plátano y, luego de pasar 15 o 20 días, tamizar y usar el líquido obtenido para regar las plantas.
Algas marinas.
Cuando vayas a la playa, puedes recoger algunas algas para elaborar un abono casero. El método para fabricar este abono de bricolaje es semejante al del macerado de ortigas.
Cáscaras de huevo.
Las cáscaras de huevo trituradas promueven la fertilidad natural del suelo, y si se ponen en los pies de las plantas puede hacer que las babosas se mantengan alejadas.
Vino tinto.
Agrega un poco de vino tinto al agua con la que vas a regar las plantas, esto estimula la floración exuberante.
Caléndula y manzanilla.
Los tés de caléndula y manzanilla pueden usarse para fertilizar los huertos y las plantas ornamentales. Es principalmente efectivo para estimular y abonar el proceso de crecimiento de las plantas en maceta.
Fresno.
Es muy eficaz para elaborar las semillas y los lechos de siembra. Para conocer las dosis y las indicaciones, te recomendamos buscar una guía de Fresno para la fertilización.
