Cómo combinar las hierbas aromáticas sin cometer errores al momento de cocinar
Cualquier receta, incluso la más pobre y sencilla, con un poco de hierbas aromáticas adquiere un sabor excepcional. Estas plantas son muchas y su uso en la cocina es igualmente amplio.
Sin embargo, la forma en que se utilizan a menudo confunde, comprometiendo su sabor, aroma y propiedades beneficiosas. Aquí hay algunos trucos para usar las hierbas aromáticas de la manera correcta.
Albahaca
Una de las hierbas más queridas y apreciadas, símbolo de la cocina mediterránea. Sus hojas pueden añadirse frescas, picadas o secas a sopas y cremas.
Esta hierba combina perfectamente con los tomates en todas sus formas, desde las salsas y los purés hasta los tomates frescos utilizados en la caprese. Por eso también la albahaca es uno de los ingredientes clásicos de la Pizza Margherita y de muchas pizzas en general.
El consejo es utilizar las hojas de albahaca crudas y después de la cocción, para mantener el color verde brillante (que la cocción puede oxidar y oscurecer) y el sabor fresco y delicado. Además, esta hierba aromática también puede utilizarse para aromatizar frutas frescas (por ejemplo, una ensalada de frutos rojos) o postres de forma original.
Menta
Es una hierba aromática perfecta para recetas saladas, postres y bebidas. El peculiar sabor de la menta puede complicar las combinaciones saladas: lo mejor es utilizar las hojas de esta planta con verduras y hortalizas más dulces, como zanahorias, calabaza, patatas o calabacines, pero también puede ir bien en ensaladas mixtas y con legumbres, especialmente garbanzos y alubias.
Las ensaladas de frutas de verano pueden verse realzadas por la menta, que también va bien con las fresas, mientras que la combinación de menta y chocolate es deliciosa y perfecta en todas sus formas, desde los bombones rellenos hasta el chocolate caliente con sabor a menta y los helados.
Cebollino
Esta es una gran alternativa a las cebollas normales, ya que es más suave y fácil de digerir. Perfecta para aromatizar las verduras, especialmente la berenjena, pero también las judías, el atún y la carne blanca. También se utiliza para dar un sabor alternativo a la mayonesa, el yogur o la mantequilla. Es ideal para acompañar platos a base de puerros, así como cremas y sopas. También realza los quesos, los huevos y los platos principales.
Salvia y tomillo
El tomillo tiene unas peculiaridades organolépticas muy fuertes que libera con el uso de hojas tanto frescas como secas: podemos utilizarlas para condimentar ensaladas, sopas, tortillas pero también hamburguesas y albóndigas de verduras.
Cuando pensamos en la salvia, no podemos evitar pensar en la mantequilla, con la que va muy bien para aderezar primeros platos. Utilízalo para aromatizar el pescado y los asados, especialmente las carnes blancas. combínalo con queso, fruta (como las manzanas), verduras (principalmente berenjena, calabaza, espinacas) y tofu.
Mejorana y laurel
La mejorana es el sustituto perfecto del orégano, sobre todo en los platos donde se utiliza el tomate. Acompaña bien tanto platos de pescado como de carne, especialmente guisados. Combínalo con champiñones, quesos y frutos secos. No olvides que las hojas de laurel frescas acompañan mejor a los guisantes y a los calabacines, en cambio que secas van mejor con repollo, alcachofas y brócoli.
Las hojas de laurel se utilizan para realzar el sabor de los sofritos, junto con las cebollas, las zanahorias y el apio. Va bien con una variedad de verduras, incluso con las dulces como los nabos. Añádelo a la calabaza, las patatas y las legumbres como la soja, los garbanzos y las lentejas.