Si guardas los tomates en el frigorífico estás equivocado: Un estudio lo confirma
Según recientes investigaciones científicas, los tomates no deben conservarse nunca en el frigorífico, sino a temperatura ambiente.
Si siempre has guardado los tomates en la nevera, creyendo que debían mantenerse frescos, estás equivocado. Según un estudio realizado por un grupo de expertos de la Universidad de Florida, dirigido por Harry Klee y publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, el frío elimina por completo el sabor de los tomates.
Parece que la culpa la tienen las bajas temperaturas. Según los resultados, por debajo de los 12 grados centígrados se destruyen las enzimas que dan al tomate su sabor característico. En el experimento, los científicos almacenaron en el frigorífico diferentes variedades de tomate a cinco grados centígrados durante uno, tres y siete días.
Posteriormente, los alimentos se mantuvieron a una temperatura de 20 grados durante unos días. ¿El resultado? Tras su conservación en frío, los compuestos volátiles que dan al tomate su sabor característico se redujeron en un 65%. Incluso al sacar los tomates de la nevera, el sabor se vio afectado de forma irreversible.
Por lo tanto, a la luz de estos resultados, el consejo es conservar siempre los tomates a temperatura ambiente y, para evitar que se estropeen, consumirlos en la semana siguiente a su compra.
Sin embargo, los tomates no son el único alimento que no debe guardarse nunca en el frigorífico:
Albahaca: al igual que los tomates, cuando se almacena a bajas temperaturas, su sabor tiende a perderse y se marchita rápidamente.
Patatas: este alimento sufre una gran consecuencia cuando se guarda en la nevera, ya que se vuelven más dulces y se pudren si se guardan en el frigorífico.
Ajo: si lo guardas en la nevera se vuelve gomoso y brota rápidamente.
Miel: el frío altera la textura y el sabor de este alimento.
Cebolla: más allá de afectar su sabor o textura, la cebolla emite un gas que puede estropear los alimentos que se encuentren dentro del frigorífico.
Plátanos: el frío hace que el plátano se vuelva negro, además de que cambia completamente su textura.