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Salud

Mucho cuidado: esto es lo que tus pies dicen sobre la probabilidad de sufrir un infarto.

Los pies, al igual que muchas otras partes de nuestro cuerpo, reaccionan a distintos tipos de estímulos, motivo por el que hacen saltar varias alarmas para hacernos entender que estamos en riesgo. Pues bien, el día de hoy veremos cuáles son las señales que envía nuestro organismo para hacernos comprender que probablemente vamos a pasar por un infarto.

El término infarto está directamente relacionado con la necrosis, es decir, la muerte, en este caso, la muerte del tejido muscular del corazón. Las razones por las que una región más o menos extensa del corazón sufre necrosis (aunque son diferentes) pueden remontarse todas a un suministro insuficiente de oxígeno a las células que componen el órgano.

Los signos de un infarto pueden aparecer de forma repentina, o dicho de otra forma, con señales leves y sutiles, difícil de detectar en un primer momento durante el paso de las horas o incluso días, motivo por el que se recomienda prestar atención y aprender a reconocer los síntomas que siente nuestro cuerpo, ya que muy a menudo este envía varios campanazos de alerta que no deben pasar desapercibidos.

¿Cuáles son los principales síntomas de un ataque al corazón?

Según las investigaciones más recientes, el síntoma más común de un infarto es el dolor en el brazo izquierdo que, en el caso de los hombres, se desplaza desde el hombro hasta el brazo izquierdo o hasta la zona de la barbilla. En caso de que el dolor aparezca repentinamente y sea inusualmente intenso o vaya acompañado de una sensación de presión u opresión en el pecho, lo mejor es buscar ayuda profesional lo antes posible. En el caso de las mujeres, el dolor puede ser más tenue, puede irradiarse al brazo derecho o izquierdo, llegando a afectar a la barbilla, los omóplatos y la parte superior de la espalda. En el sexo femenino se ha demostrado que puede llegar a ser más propenso a experimentar dificultad para respirar, dolor de espalda o de mandíbula, náuseas y vómitos.

Entre las principales señales de alarma que no se deben subestimar también podemos encontrar la apnea del sueño, el sangrado, la inflamación o el dolor de encías, la indigestión, la acidez de estómago que viene acompañada de falta de aire, sudoración o hipo. Pero, de hecho, hay un síntoma que poca gente asocia con el posible inicio de un infarto y que no debe pasarse por alto: hablamos de las piernas y los pies hinchados, los cuales podrían ocultar una insuficiencia cardíaca congestiva. Es importante tener en cuenta que, ante la aparición de molestias típicas o sugestivas de un infarto de miocardio, se debe buscar inmediatamente atención médica y acudir a urgencias lo antes posible.

¿Cuáles son los posibles factores de riesgo?

Para los casos de infarto de miocardio, como para muchas enfermedades, la mejor terapia posible son los métodos de prevención, esto consiste en reducir, o más bien eliminar, todos los factores de riesgo. Hay que entender que estos factores se dividen en dos: factores de riesgo modificables y factores de riesgo no modificables. En este sentido, entendemos a los factores de riesgo no modificables a aquellos que no pueden ser alterados por nosotros mismos o nuestros hábitos, por ejemplo, tenemos a la edad, la etnia y los antecedentes familiares o genéticos. Por otro lado, los factores de riesgo modificables son aquellos sobre los que se puede intervenir realizando determinados cambios en el estilo de vida general, algunos ejemplos a tener en cuenta son los malos hábitos como el tabaquismo, una mala dieta diaria y la falta de ejercicio.

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Lidia Baldomero

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