Retención de líquidos: alimentos que ayudan a combatirla
No hacer nada por ello, puede generar problemas en nuestro cuerpo a largo plazo
Si quieres sentirte saludable, es importante evitar retener líquidos. Cuando esto es considerado una patología, puede ser por problemas circulatorios, insuficiencia cardíaca o enfermedades de tipo renal o hepático. Sin embargo, si este no es el caso, la retención de líquidos puede ser provocada por una dilatación de las venas (situación común durante la época de altas temperaturas).
Médicamente esto se explica como la acumulación excesiva de líquidos en los tejidos, lo cual ocurre cuando el organismo o alguna parte de él se hinchan debido a la gran cantidad de agua que se queda atrapada entre las células. Por lo general, sucede por mantenerse mucho tiempo en la misma posición, el sedentarismo, las alteraciones hormonales, una alimentación rica en sal y sodio, o como consecuencia de algunas afecciones a las cuales se les debe prestar atención.
Síntomas
- Alteración de la tiroides.
- Una incorrecta hidratación.
- Llevar un estilo de vida sedentario.
- Pasar mucho tiempo de pie o sentado.
- Consumo excesivo de alimentos ricos en sodio.
- Enfermedades derivadas del corazón, hígado o riñones.
- Cambios hormonales como el embarazo o la ovulación.
- Consumo de medicamentos como estrógenos, corticoesteroides, antiinflamatorios no esteroides o fármacos para la tensión arterial.
Alimentos para combatir la retención de líquidos
Por lo general, este fenómeno suele ser bastante doloroso para aquellos que lo padecen, sin embargo, gracias a ciertos alimentos, es posible luchar contra la retención de líquidos, ya que favorecen a la eliminación de los mismos, además de contribuir con la circulación sanguínea.
- Sandía y melón
Estas frutas están llenas de agua, por lo que son perfectas para drenar y combatir la retención de líquidos. Asimismo, son ricos en minerales, principalmente en potasio, el cual regula el sodio.
- Cítricos
Ya sean las naranjas, los limones o los pomelos, todos los cítricos tienen propiedades antioxidantes y son ricos en vitamina C y flavonoides, lo que ayuda a proteger los vasos sanguíneos. También contienen minerales y enzimas que estimulan la eliminación de agua.
- Apio, nabos y puerros
A pesar de que muchas personas no lo sepan, el apio, los nabos y los puerros son alimentos conocidos por sus propiedades diuréticas. También son ricos en fibra, lo que los hace muy efectivos para disminuir la grasa del vientre.
- Pepino
El principal componente de esta verdura es el agua (96%). Por esta razón, es naturalmente diurética y drenante. Además, contribuye con el buen funcionamiento del tránsito intestinal, sobre todo si se consume sin las semillas, gracias a la fibra que contiene. También es un excelente supresor del apetito.
- Espárragos
Se trata de una verdura con pocas calorías y una cantidad elevada de fibra. Además, contiene propiedades depurativas, diuréticas y antioxidantes, las cuales ayudan a equilibrar la flora intestinal. También está lleno de minerales, entre ellos el potasio, que estimula la eliminación de agua y reduce la hinchazón.
- Piña y uvas
La piña y la uva son una fuente de minerales, sobre todo de potasio, lo que las convierte en frutas drenantes y diuréticas. De hecho, la piña y la uva participan activamente en la eliminación del agua y luchan contra los edemas. Además, también facilita el tránsito intestinal.
- Melocotones
Al igual que el pepino, el melocotón está lleno de agua y tiene propiedades diuréticas. Por esto, muchos expertos recomiendan comer un melocotón maduro para luchar contra la retención de líquidos. Del mismo modo, es ideal para el cuidado de la piel, ya que es rica en antioxidantes y vitamina C, que ayuda a combatir el envejecimiento prematuro.
- Higo
El higo es una fuente de nutrientes: es rico en vitaminas A, B1, B2 y C, pero también en minerales y oligoelementos como el potasio, el hierro y el cobre. Es una fruta con propiedades laxantes y diuréticas, que ayuda a combatir el estreñimiento. El higo también protege los vasos sanguíneos y mejora la elasticidad de la piel, gracias a su acción antioxidante.