¿Por qué sentimos placer cuando explotamos granos y espinillas?
Son muchos y diferentes los motivos que nos empujan a explotar los granitos y los puntos negros de forma casi compulsiva.
En menor o mayor medida, todos hemos tenido que pasar por la fase de la adolescencia en la que los granos y las espinillas eran un problema que parecía irresoluble y que nos obligaba a hacer dietas, remedios extremos y complicados, todo tipo de cosas para deshacernos de esos horribles y purulentos granos de la cara, los cuales no podíamos evitar explotar cada vez que aparecían a nuestra vista. Lo cierto es que para muchas personas, explotar granos es un placer perverso que se puede rastrear hasta en la adultez.
¿Por qué exprimir granos y espinillas se ha vuelto algo casi compulsivo en la actualidad? Las personas que están más acostumbradas a cuidar su piel aborrecen la idea de que aparezca algo tan invasivo como un gran grano o una mancha negra en el rostro: para ellas, deshacerse y evitar la aparición de cualquier tipo de imperfección lo antes posible es una fuente de inmensa gratificación (señalada también por la liberación de dopamina, la conocida como hormona de la felicidad), también hay otras a las que simplemente les fascina la sensación de asco y horror que produce la visión del pus que sale directamente de un grano, y, para algunas otras, la lucha contra los puntos negros y las espinillas ya sean propias o ajenas es relajante e incluso les ayuda a liberar el estrés.
El fenómeno y la popularidad de la eliminación de granos es tan agradable de ver para algunas personas que también genera placer cuando se ve en vídeo. Estos vídeos que muestran el vaciado de poros infectados y obstruidos con sebo y pus están de moda en las redes sociales, sobre todo si hablamos de TikTok, acumulando millones de visitas.
En realidad, todo parece indicar que el placer de explotar los granos y ver cómo se hace es mucho más antiguo que la llegada de las redes sociales y su popularidad, ya que hay registros de que en el siglo XIX la literatura médica hablaba de la «extirpación compulsiva» de los granos y clasificaba este problema como un trastorno mental dentro del marco del diagnóstico para el síndrome obsesivo-compulsivo. En la práctica, la acción de extirpar un grano sería la consecuencia de una necesidad irreprimible y que no puede dar espera a un pensamiento recurrente que se apodera de la mente del sujeto y que no puede ser obstaculizado.
En este sentido, la obsesión por la extirpación de los granos y las espinillas también podría ser una señal que delata un estado emocional reprimido de ansiedad o depresión: las investigaciones señalan que a menudo los sujetos angustiados por el aburrimiento, la ansiedad o la soledad se aprietan compulsivamente los puntos negros y las espinillas, siendo algo similar a lo que sucede con las personas que se muerden las uñas o las cutículas.