Neurocientíficos revelan los motivos por los que no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos
Seguramente lo has intentado sin lograrlo. Hoy disiparemos esa duda
La pregunta de por qué no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos ya no es algo de niños. Según George van Doorn de la Universidad Monash, en Australia; se trata de «esas preguntas más grandes sobre la conciencia y la autoconciencia, sobre quiénes somos». Debido a esto, los neurocientíficos día a día hacen muchos esfuerzos para conseguir que la gente se haga cosquillas a sí misma en un laboratorio, pero ha resultado imposible.
¿Qué son las cosquillas y por qué no podemos causarlas nosotros mismos?
Las cosquillas son una reacción incontrolable que no se genera de la misma forma en todas las personas por igual; por eso son consideradas todo un misterio.
Para entender esto hay que saber que la piel es el órgano más grande de nuestro organismo, y también es uniforme, es decir, que tiene más o menos el mismo grosor en toda su extensión.
Pero… ¿Por qué tenemos cosquillas en zonas concretas? Al principio se creía que era una cuestión sensorial de la piel, pero entonces, ¿Por qué no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos, a pesar de que movamos los dedos exactamente en el mismo sitio y de la misma forma que otra persona que sí nos produce esta sensación?
Si aún no te has dado cuenta de eso podrías poner en práctica un truco: Si alguien te está haciendo cosquillas y quieres dejar de sentirlas, háztelas a tí mismo en el lugar exacto que lo está haciendo esa tercera persona, y la sensación desaparecerá.
Esta es una interrogante que ya aparecía en los textos de Aristóteles, hace más de 2.000 años. Michael Brecht y su equipo han estado estudiando las cosquillas con grupos de voluntarios, con quienes además de reírse mucho, han sacado conclusiones interesantes.
Una persona tarda 300 milisegundos en reaccionar a un cosquilleo, y 500 milisegundos en vocalizarlo (gritar o reírse). Es mucho, ya que en otros estímulos, la voz aparece a los 320 milisegundos. El doctor Brecht cree que esto se debe a que es una sensación compleja que el cerebro tarda en procesar.
Las cosquillas desaparecen el estrés
De acuerdo con Brecht, neurocientífico de la universidad de Humboldt, en Alemania, existen otros datos que dan cuenta de que «las cosquillas desaparecen con el estrés, y entre desconocidos. Por lo tanto, no es una cuestión sensorial, sino cerebral.»
Desde hace varios años, la gente pensaba que no podíamos hacernos cosquillas a nosotros mismos porque las cosquillas tienen un elemento de sorpresa, que no existe si somos nosotros los que actuamos. Este científico dice que «cuando el cerebro detecta que somos nosotros los que nos hacemos cosquillas, se desconecta».
De esta forma lo explica: «Hemos pensado que, lo que puede estar sucediendo es que el cerebro se desconecta cuando somos nosotros mismos quien realizamos está acción. Si esto no fuera cierto, todos estaríamos constantemente haciéndonos cosquillas cada vez que nos rascamos una axila o nos tocamos los dedos de los pies».
Por otro lado, existe una explicación que parece bastante lógica para comprender los motivos por el cual no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos, ya que el cerebro está acostumbrado a desconectar ciertas alertas a menudo. Por ejemplo, cuando estamos en una conversación, dejamos de atender al ruido exterior, y si entramos en un sitio con mucho ruido, al poco tiempo nos acostumbramos, porque el cerebro no le hace caso.