¿Los calambres en la pantorrilla podrían ser una arteriopatía obstructiva periférica?
Todo nuestro organismo necesita del flujo de sangre para poder sobrevivir, y cuando algo falla en la circulación se generan los calambres
La sangre que es rica en oxígeno es bombeada desde el corazón a la aorta, la arteria mayor de nuestro cuerpo, que al mismo tiempo se divide en arterias cada vez más pequeñas, las cuales viajan por medio de una densa red de capilares hasta cada célula individual. Por lo tanto, la circulación es un sistema continuo, el cual es importante para la salud y bienestar del cuerpo. Sin embargo, en muchas ocasiones se pueden «atascar», como en el caso de la arteriopatía obstructiva periférica, una enfermedad que puede ser mortalmente peligrosa e incapacitante. De hecho, la Dra. Elisa Casabianca, cirujana vascular en Humanitas nos explica más sobre el tema.
¿Qué es la arteriopatía periférica obstructiva?
Se trata de una enfermedad producida por el depósito de placas ateroscleróticas en las arterias de los miembros inferiores. Así como la cal, que se incrusta en las paredes de una tubería, estas placas obstruyen el flujo sanguíneo (en este caso se habla de «estenosis»). Si la situación llega a empeorar, la arteria puede llegar a ocluir por completo. Por lo tanto, cuando el paso de la sangre se reduce, el oxígeno que llega a los tejidos no es suficiente.
Los que primero se ven afectados son los músculos en movimiento. Por esta razón, la fase inicial de esta enfermedad se conoce como «enfermedad de la ventana»; es por esto que el paciente, luego de un pequeño paseo, presenta un dolor similar a un calambre en los músculos de la pantorrilla o el muslo y se ve obligado a detenerse por un breve tiempo antes de continuar con la marcha. Cuando la situación empeora, el riego sanguíneo no es suficiente ni siquiera en condiciones de reposo, lo que puede traer serías consecuencias negativas como el dolor nocturno y la gangrena de la extremidad.
¿Qué pruebas hacer para el diagnóstico?
El primer punto que se debe tener en cuenta en el diagnóstico de la arteriopatía obstructiva periférica es escuchar atentamente a la persona afectada, centrándose en los síntomas dice tener el paciente. Un examen diagnóstico fundamental es el EcoColorDoppler, el cual no es invasivo y tampoco causa dolor, además se realiza en un entorno ambulatorio. Con este método, el médico puede observar ecográficamente las arterias, pero también puede valorar cómo fluye la sangre por ellas, midiendo su velocidad y las alteraciones del flujo. De esta manera, se tiene una idea precisa de dónde se encuentran las posibles obstrucciones y su extensión real, y al correlacionar los resultados con los síntomas, el experto puede examinar si es necesario intervenir y de qué forma.
Pero ¿Cómo se trata la arteriopatía obstructiva periférica?
Antes que nada, hay que mejorar el estilo de vida, esto con el fin de contrarrestar los factores de riesgo: el tabaquismo y la hipercolesterolemia. Es esencial realizar actividad física, basta con dar largos paseos diarios para que las pequeñas arterias periféricas se desarrollen. Cuando el control de los factores de riesgo no es suficiente, es necesario garantizar que la sangre fluya a los tejidos como debe. Esto puede hacerse de varias maneras, primero con medicamentos adecuados para reducir los niveles de colesterol en sangre y disminuir el riesgo de formación de trombos vasculares. También se puede mejorar el paso de la sangre a través de intervenciones endovasculares, utilizando balones que dilatan la arteria desde el interior, asociados o no a la colocación de stents vasculares. Sin embargo, muchas veces es necesario intervenir quirúrgicamente.