Un hombre come 124 kebabs en un mes por una causa benéfica
El kebab es un tipo de carne originaria del medio oriente, y a pesar de que su preparación varíe de un sitio a otro, todos tienen algo en común: la carne está picada y marinada
A pesar de que muchos crean que los kebabs provienen de Turquía, su nombre es de origen persa, y sus creadores empleaban este alimento para dar de comer a sus reyes, y significa “carne a la parrilla”.
Durante esa época, los reyes eran los únicos que podían consumir un kebab, sin embargo, en la actualidad, es un platillo muy común en los hogares iraníes. La carne con la que se preparaba tradicionalmente el kebab era principalmente de cordero, pero hoy en día se puede elaborar con la carne que mejor nos parezca o la que más nos guste.
¿Cómo se preparan los kebabs?
Para preparar este platillo la carne tiene que estar picada y marinada, se debe asar sobre un eje de metal alrededor del fuego, luego se corta, y de acuerdo al gusto de cada quien se deben agregar los distintos condimentos. Por lo general, estos suelen llevar ajo, aceite, vinagre, zumo de limón, sal, tomate, mostaza, pimienta y pimentón.
Sin embargo, nadie ha llegado a pensar que este platillo fuera el centro de atención para recaudar fondos por una buena causa, y mucho menos que se trata de llevar una alimentación basada únicamente en kebabs durante un mes.
Los comió durante un mes
Aunque la causa llegó a recaudar más de mil euros, el hombre que asumió el reto afirma que, a pesar de haberlo pasado bien durante ese mes, luego de acabar con eso se ha sentido muy mal, pero no tanto físicamente, sino psicológicamente.
Esta historia ocurrió durante todo el mes de diciembre y el protagonista es Des Breakey, de 36 años. De hecho, el hombre consumía hasta cuatro kebabs al día, llevando por 30 largos días una dieta con eso como base, razón por la que llegó a comer 124 en total.
Se trataba de una iniciativa benéfica, pero su autor afirmó haber sufrido daños “físicos y psicológicos”. Dicha alimentación consistía en consumir cuatro “envoltorios” de carne al día como parte de su “kebabatón”, ingiriendo así nada menos y nada menos que 250.000 calorías.
Des Breakey, padre de dos hijos, dijo que sintió una enorme sensación de “logro” cuando se comió el último bocado el sábado 31 de diciembre, luego de haber recaudado más de mil euros para una buena causa.
El ingeniero, el cual terminó por excluirse de la cena de Navidad para comer la única comida que le permitía su reto, aseguró que jamás volverá a asumir un reto alimenticio tan extremo, pero que no dejará de comer kebab.
Pese a todo se sentía contento
El hombre explica: «Me siento muy contento por haber culminado este reto con éxito. Estoy muy agradecido por todo el apoyo, pero no volveré a hacerlo. Este es mi último baile, me jubilo. Aunque me divertí, el costo que estoy pagando por esto es muy alto, no me siento bien físicamente. Me siento como una mierda. No comía fruta, verdura ni ningún otro alimento. Las dos primeras semanas fue una tarea muy sencilla. Sin embargo, las dos últimas fueron más complicadas, no solo físicamente sino también psicológicamente».
Des Breakey, de Manchester, comenzó el épico reto gastronómico el 1 de diciembre, yendo cada día a distintas tiendas de kebab en busca de los más sabrosos. “En el trabajo pasaba hambre todo el día. Terminaba a las 5 de la tarde y me comía cuatro kebabs. A veces me los comía en el coche de mi amigo, otras sobre la marcha. Lo más rápido que tardé en terminarlos fue una hora y media”, aseguró. El hombre, que alternaba el cordero, el pollo y la carne mixta, acabó identificando sus dos tiendas favoritas con bastante meticulosidad.