La mitad de los jóvenes retoca sus fotos antes de colgarlas en Instagram
La cifra se desprende de una encuesta de la Universidad San Raffaele sobre los hábitos digitales de los usuarios más jóvenes
La mitad de los jóvenes retocan sus fotos antes de publicarlas en Instagram, según una encuesta de la Universidad San Raffaele que analiza los hábitos digitales de la generación más joven. Este hallazgo, que refleja que el 49,2% de los jóvenes edita sus imágenes, resulta alarmante y sugiere una distorsión de la realidad en las redes sociales.
El estudio piloto, realizado por el proyecto SatisFace de la Universidad San Raffaele y el Centro Universitario de Estadística en Ciencias Biomédicas (Cussb), se enfocó en 120 niños de entre 12 y 16 años y arroja luz sobre los hábitos de los jóvenes en las redes sociales.
Los resultados del análisis también revelaron que las redes sociales más populares entre los jóvenes son WhatsApp (92,5%), TikTok (88,3%) e Instagram (76,7%). Además, el tiempo que dedican a las plataformas online es sorprendentemente alto, con más de la mitad de la muestra (65,9%) afirmando pasar hasta 4 horas al día en ellas, mientras que el resto pasa al menos dos horas. Estos datos invitan a la reflexión sobre el uso de las redes sociales y su impacto en la percepción de la realidad.
Las redes sociales quitan el sueño a los niños
Los expertos afirman que cuanto más tiempo pasan los jóvenes en las redes sociales, mayor es la ansiedad que sienten por su apariencia física. Esta ansiedad puede explicar por qué los jóvenes suelen recurrir a programas de retoque fotográfico para hacer que sus imágenes sean más atractivas y llamativas, con el objetivo de obtener una respuesta positiva de sus seguidores. Sorprendentemente, solo el 25,4% de los jóvenes se sintió satisfecho con la primera toma de sus fotos, mientras que el 37% admitió haberse tomado entre 2 y 5 selfies antes de encontrar una «satisfactoria».
Estos datos ilustran que la mayoría de los jóvenes buscan una imagen perfecta en sus publicaciones en redes sociales. De hecho, casi la mitad de ellos (49,2%) reconoce que retoca sus fotos antes de publicarlas en su perfil de Instagram.
Los jóvenes alteran sus características físicas en redes sociales
Según los resultados de la encuesta, se concluye que la manipulación de fotos en las redes sociales implica principalmente la alteración de las características físicas y el uso de filtros interactivos divertidos. Los estudiantes expresan su preocupación por el uso inapropiado de las fotos compartidas en línea, ya que pueden ser manipuladas o utilizadas con fines distintos a los originales. A pesar de esto, los estudiantes son conscientes de los riesgos asociados con compartir fotos públicamente en línea.
La coordinadora del proyecto, Chiara Brombin, explica que el uso de tecnologías digitales y la relación con la propia imagen es un tema complejo que ha generado gran interés entre alumnos y profesores. El proyecto tiene un objetivo científico y práctico: promover el bienestar digital en los adolescentes y crear conciencia sobre los riesgos potenciales de la manipulación y mistificación del yo digital.
Otro hallazgo de la encuesta es que la mayoría de los jóvenes (78,3%) ha experimentado algún tipo de ansiedad o estrés relacionado con el uso de las redes sociales, lo que sugiere la necesidad de estrategias efectivas de gestión de la ansiedad. Además, el 57,5% de los jóvenes encuestados dijo que ha sufrido insomnio debido al uso excesivo de las redes sociales, lo que subraya la importancia de establecer límites saludables en cuanto al tiempo a este tipo de servicios.
El proyecto SatisFace también se enfoca en educar a los jóvenes sobre la privacidad y la seguridad en línea. Según la encuesta, el 38,3% de los jóvenes ha compartido información personal en línea, lo que puede poner en riesgo su privacidad y seguridad.
En conclusión, la encuesta de la Universidad San Raffaele destaca la necesidad de una mayor educación sobre el uso saludable de las redes sociales, especialmente para los jóvenes. Además, es importante que los padres, educadores y responsables de políticas públicas trabajen juntos para garantizar la seguridad y el bienestar digital de los usuarios. Con la colaboración de todos, se puede promover una cultura digital más saludable y segura para los jóvenes de hoy y del futuro.
