¿Crees que estás obsesionado con el gimnasio? Descubre si sí o si no
Esto en España afecta al 2 % de los aficionados al fitness, por eso hoy revisaremos sus síntomas y opciones de tratamiento
La vigorexia es un trastorno psicológico que se caracteriza por una obsesión patológica por el entrenamiento físico y la musculación. Se caracteriza por una preocupación excesiva por la apariencia física, la dieta y la suplementación, es una patología que puede ser desencadenada por diversos factores, como la presión social, la autoestima baja, la ansiedad y la depresión.
Es importante destacar que la obsesión por el gimnasio no debe confundirse con la dedicación y el compromiso saludable con la actividad física. El ejercicio regular y una dieta equilibrada son fundamentales para mantener una buena salud general, sin embargo, cuando la obsesión por el gimnasio interfiere en otras áreas de la vida y causa sufrimiento, es importante buscar ayuda profesional.
El tratamiento de la vigorexia suele incluir psicoterapia y, en algunos casos, medicación. La terapia cognitivo-conductual se enfoca en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que mantienen la obsesión. También puede ser útil la terapia de grupo y el apoyo de familiares y amigos. La medicación se puede utilizar para tratar trastornos comórbidos, como la ansiedad y la depresión.
Además, es importante fomentar una cultura de fitness saludable que promueva la actividad física como una forma de cuidar la salud y no como una obsesión por cómo nos vemos. Esto incluye enfatizar la importancia de la variedad de actividades físicas, el descanso y la recuperación adecuados, y una alimentación equilibrada.
¿Qué síntomas se deben tener en cuenta?
Es importante destacar que la vigorexia puede tener consecuencias graves para la salud física y mental del individuo. Algunas de las complicaciones físicas que se pueden presentar son lesiones musculares y articulares, fatiga crónica, deshidratación, desequilibrios electrolíticos, problemas gastrointestinales, problemas cardíacos y hormonales.
Por otro lado, la vigorexia también puede afectar la salud mental del individuo, ya que puede causar ansiedad, depresión, aislamiento social, baja autoestima e incluso trastornos alimentarios. Vale destacar que la vigorexia también puede afectar a mujeres, aunque en menor medida que a hombres.
Como ya lo mencionamos, se debe fomentar una cultura de fitness saludable que promueva la actividad física como una forma de cuidar la salud y no como una obsesión por la apariencia. Además, es importante que los entrenadores y profesionales de la salud promuevan la educación sobre una alimentación saludable y la importancia de la variedad en el entrenamiento, así como la necesidad de descanso y recuperación.
Los efectos de las redes sociales en el aumento de los casos de vigorexia
Además de lo mencionado, la vigorexia también puede ser influenciada por los medios de comunicación y las redes sociales. En muchas ocasiones, las imágenes de cuerpos musculados y estereotipados que se promueven en estos medios pueden llevar a individuos a desarrollar una percepción distorsionada de su cuerpo y una obsesión por conseguir el cuerpo «perfecto».
Es importante que los medios de comunicación promuevan una imagen más realista y variada de los cuerpos humanos y la actividad física, y que se enfaticen los beneficios para la salud en lugar de centrarse en la apariencia física.
Por último, la detección temprana de la vigorexia es clave para prevenir complicaciones graves en la salud física y mental del individuo. Por lo tanto, es importante que los profesionales de la salud y los entrenadores estén capacitados para identificar sus síntomas y ofrecer un tratamiento adecuado y oportuno.