¿Por qué algunas mujeres no llegan al orgasmo?
De acuerdo con una investigación, las mujeres que reportan experimentar dificultades para alcanzar el orgasmo presentan una mayor inhibición causada por la preocupación de no lograrlo durante la relación sexual
En un estudio reciente se llevó a cabo una investigación con el objetivo de analizar cómo las creencias sobre la sexualidad influenciadas por factores socioculturales, la propensión a la inhibición o excitación sexual, y las emociones experimentadas durante el acto sexual pueden afectar la capacidad de las mujeres para alcanzar el orgasmo.
¿De qué depende el orgasmo?
El orgasmo femenino es un fenómeno complejo en el que intervienen diversos factores, incluyendo aspectos biológicos y anatómico-fisiológicos, así como elementos cognitivos, emocionales y relacionales. La investigación científica ha destacado el papel fundamental que desempeñan ciertos factores, como las creencias sobre la sexualidad, la atención, los pensamientos y las emociones experimentadas durante las relaciones sexuales.
Masters y Johnson, realizaron un trabajo en donde investigaron el impacto de la ansiedad y la distracción en la consecución del orgasmo, identificando lo que se conoce como el «efecto espectador». Este fenómeno ocurre cuando una persona, durante el acto sexual, en lugar de disfrutar del placer del momento, se evalúa a sí misma desde una perspectiva externa, como si fuera un espectador, lo que desencadena un ciclo negativo en el que resulta difícil mantener la excitación sexual y, en última instancia, alcanzar el orgasmo.
¿Cómo debe interpretarse el fracaso en la consecución del orgasmo?
La investigación reveló que los pensamientos negativos acerca del rendimiento durante el coito pueden incrementar la probabilidad de experimentar dificultades para alcanzar el orgasmo. Otros científicos sugieren que existe el riesgo de interpretar de manera negativa los encuentros sexuales insatisfactorios, experimentar emociones negativas durante el acto y obstaculizar el orgasmo debido a creencias culturales erróneas acerca del sexo y la sexualidad.
En un estudio reciente publicado en 2020, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Oporto, se propuso investigar cómo las creencias sobre la sexualidad, la propensión a la inhibición o excitación sexual, y los pensamientos y emociones experimentados durante el coito pueden influir en la capacidad de las mujeres para alcanzar el orgasmo.
¿Ansiedad de rendimiento en las mujeres?
El estudio, que contó con la participación de 500 mujeres entre los 18 y 72 años, respaldó los hallazgos previos al demostrar que aquellas mujeres que reportaban dificultades para alcanzar el orgasmo presentaban una mayor inhibición sexual debido a la preocupación por el fracaso durante el coito, en comparación con aquellas que no experimentaban dificultades.
Los resultados del estudio también indicaron que las mujeres que experimentaban dificultades orgásmicas reportaban un mayor número de pensamientos y emociones negativas durante el coito, relacionados con el temor al fracaso, la imagen corporal, la falta de pensamientos eróticos, la falta de afecto por parte de su pareja, o una experiencia previa de abuso sexual, en comparación con las mujeres sin dificultades. Sin embargo, no se encontró evidencia de que las mujeres con dificultades para el orgasmo tuvieran más creencias culturales erróneas sobre la sexualidad que las mujeres sin dificultades.
¿Existe una fórmula mágica para el orgasmo?
El orgasmo no se rige por una fórmula mágica. Es una experiencia compleja y altamente individual que involucra cambios físicos y sensaciones, los cuales están influenciados por el deseo, la curiosidad por experimentar, el contexto sociocultural, la pareja, las experiencias previas, los pensamientos y las emociones que afectan la implicación personal y el placer sexual. No se trata solo de buscar tener relaciones sexuales a toda costa, sino de dedicar tiempo a conocer el propio cuerpo y explorarlo. Esto puede incluir probar diferentes formas de estimulación y descubrir las propias preferencias, comprendiendo lo que provoca excitación y lo que no.
