Nunca recalientes estos alimentos más de una vez. ¡Se vuelven tóxicos!
Cuando se trata de aprovechar las sobras de comida, recalentar es una práctica común que nos permite disfrutar de una comida rápida y fácil. Sin embargo, no todos los alimentos son seguros para esto, ya que pueden generar intoxicación alimentaria o perder nutrientes esenciales en el proceso.
Recalentar los alimentos implica someterlos a un nuevo proceso de cocción, lo cual puede alterar su composición nutricional y aumentar el riesgo de intoxicación alimentaria. Algunos alimentos son más susceptibles a estos cambios y deben evitarse recalentar en su totalidad.
Todos los métodos de cocción implican una pérdida de nutrientes, y el recalentamiento no es una excepción. La duración y temperatura de cocción afectan la cantidad de nutrientes que se pierden. Al recalentar las verduras crucíferas, como el brócoli o el repollo, se produce una pérdida significativa de vitaminas solubles en agua, como la vitamina C. Además, el folato, una vitamina B sensible al calor, también se ve afectado por el recalentamiento de estas verduras.
Otro ejemplo es el caso de los tubérculos, como las patatas, que contienen una alta cantidad de vitamina C y pueden experimentar una pérdida de valor nutricional al ser recalentados. En general, cuanto más veces se recalentan los alimentos, mayores son las pérdidas de nutrientes y se comienzan a perder propiedades organolépticas.
Riesgo de intoxicación alimentaria
Algunos alimentos tienen un mayor riesgo de contaminación bacteriana y, al recalentarlos, se puede aumentar la proliferación de bacterias dañinas. El pollo, los huevos y el pescado son ejemplos de alimentos que deben tratarse con precaución al ser recalentados, ya que pueden contener bacterias patógenas como salmonela, que pueden crecer si los alimentos no se enfrían después de la cocción o si no se recalientan a la temperatura correcta para eliminar las bacterias presentes.
Además, algunas verduras como las espinacas y el apio contienen nitratos que se convierten en nitritos al ser recalentados. Estos compuestos pueden ser perjudiciales para la salud, por lo que es mejor evitar recalentar estos alimentos en particular.
Alimentos que no deben ser recalentados
Ahora que comprendemos por qué algunos alimentos no deben ser recalentados, es importante conocer cuáles son exactamente para garantizar nuestra seguridad alimentaria. A continuación, te presentamos una lista de alimentos que deben evitarse recalentar:
El pollo es uno de los alimentos más comunes que solemos guardar en el refrigerador. Sin embargo, recalentarlo puede cambiar la composición de sus proteínas y aumentar el riesgo de problemas digestivos. Siempre es mejor consumir el pollo recién preparado o frío en ensaladas o platos fríos.
Las setas no deben recalentarse, ya que pueden causar dolores de estómago e hinchazón al ser sometidas a altas temperaturas. Lo mejor es consumirlas inmediatamente después de ser preparadas o en las horas siguientes, si sobran.
Aunque las patatas pueden conservarse en el refrigerador durante varios días, no deben ser recalentadas, ya que se altera su sabor y se reducen sus propiedades nutricionales. En su lugar, pueden utilizarse para preparar un puré o una ensalada fría.
Las espinacas contienen un alto porcentaje de nitrato, el cual se convierte en nitrito al ser sometido a altas temperaturas. Este compuesto puede tener efectos negativos en la salud, por lo que es mejor evitar recalentar las espinacas.
Al igual que las espinacas, las remolachas también contienen nitratos que se convierten en nitritos al ser recalentadas. Por lo tanto, es recomendable consumirlas en ensaladas o batidos para aprovechar al máximo sus propiedades.
Recalentar los huevos puede hacer que sus compuestos se vuelvan tóxicos. Por lo tanto, es preferible consumirlos de forma inmediata y evitar su recalentamiento.
Si decides recalentar alimentos, es importante seguir ciertos consejos para garantizar tu seguridad alimentaria.
- Calienta los alimentos de forma rápida y asegúrate de que alcancen una temperatura mínima de 70ºC en el centro del producto.
- Recalienta solo la cantidad de comida que vayas a consumir para evitar recalentamientos múltiples que aumenten el riesgo de intoxicación alimentaria.
- Evita mezclar alimentos cocidos con alimentos crudos para prevenir la contaminación cruzada.
- Cubre los alimentos al recalentarlos para asegurar un calentamiento uniforme, especialmente cuando se trata de platos que contienen múltiples ingredientes.
- Si no vas a consumir los alimentos en un plazo de cuatro días, es mejor congelarlos en lugar de recalentarlos repetidamente.
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