¿El hipotiroidismo te hace ganar peso?
El hipotiroidismo es una disfunción de la glándula tiroides que a menudo provoca un aumento de peso en las personas que lo padecen. Sin embargo, con una buena alimentación, un estilo de vida saludable y el tratamiento médico adecuado, es posible controlar este fenómeno. En este artículo, exploraremos por qué se produce el aumento de peso en el hipotiroidismo, por qué las mujeres son más propensas a padecerlo y qué tipo de alimentación se debe adoptar.
La glándula tiroides en el metabolismo
La glándula tiroides, ubicada en el cuello, tiene la capacidad de regular el organismo al producir hormonas que controlan el metabolismo de nuestras células. Cuando su actividad es baja, todo funciona más lento, lo que puede resultar en síntomas como fatiga, depresión, sensibilidad al frío y estreñimiento. Además, el aumento de peso es un síntoma comúnmente asociado al hipotiroidismo.
Hipotiroidismo y el peso corporal
El funcionamiento de la glándula tiroides está estrechamente relacionado con nuestro estilo de vida. Cuando una persona sufre de hipotiroidismo, es propensa a aumentar de peso debido a la fatiga que acompaña a este trastorno. «El hipotiroidismo a menudo provoca una fatiga que lleva a los pacientes a reducir su actividad física. Sin embargo, este es el único factor en el que se puede intervenir», explica el Dr. Pierre Nys, endocrinólogo y nutricionista. Por lo tanto, si los gastos energéticos disminuyen sin realizar cambios en la alimentación, se produce un aumento de peso.
Además, el hipotiroidismo puede provocar retención de líquidos. Sin embargo, según el endocrinólogo, «el aumento de peso no suele ser significativo, generalmente alrededor de 4-5 kg. Si es más alto, es posible que la tiroides no sea la única responsable y se debe revisar el estilo de vida». En cualquier caso, ya sea que los kilos de más se deban o no a un trastorno tiroideo, este último dificulta su eliminación.
Tratamiento y alimentación para controlar el aumento de peso
Aunque los tratamientos para el hipotiroidismo son cada vez más efectivos, no siempre garantizan un bienestar estable a diario. «Ninguna medicación puede igualar la precisión de las hormonas producidas de forma natural», señala el Dr. Nys. Además, algunas personas no responden adecuadamente a los tratamientos convencionales.
En algunos casos, cuando el hipotiroidismo es leve (TSH elevada pero T3 y T4 normales), no se recurre al tratamiento médico y se enfatiza en la importancia de llevar un estilo de vida saludable. Por lo tanto, es fundamental practicar actividad física y controlar la alimentación para controlar el aumento de peso cuando el metabolismo se vuelve más lento.
Alimentación para equilibrar la tiroides en el hipotiroidismo
El aumento de peso en el hipotiroidismo no es inevitable. La alimentación juega un papel esencial en la producción óptima de hormonas tiroideas. «La producción de hormonas tiroideas depende directamente de nuestra ingesta de nutrientes», destaca Véronique Liesse, dietista-nutricionista. «El contenido del plato es fundamental para aumentar el metabolismo, reducir el almacenamiento y recuperar el equilibrio de peso corporal».
Existen varios nutrientes clave que contribuyen a regular la tiroides:
- Yodo: es el componente principal de las hormonas tiroideas. Sin embargo, los déficits de yodo son comunes en la población general. Se encuentra en alimentos como huevos, queso y productos del mar. Es importante consumir estos alimentos de forma regular.
- Tirosina: es un aminoácido que forma parte de las hormonas tiroideas. Se encuentra en alimentos de origen animal como carne, pescado, huevos y lácteos, pero también en semillas, frutos secos y legumbres.
- Zinc: este mineral es necesario para la síntesis de hormonas tiroideas y estimula la actividad de la T3, la hormona tiroidea activa. Se encuentra en alimentos como pescados y mariscos, carnes y vísceras.
- Selenio: la tiroides contiene una gran cantidad de selenio, y es indispensable para la conversión de T4 en T3. Se encuentra en alimentos como pescados y mariscos, carnes, vísceras, cereales y semillas.
- Hierro: un déficit de hierro puede disminuir la eficacia de las enzimas involucradas en la producción y conversión de hormonas tiroideas. Se debe consumir alimentos ricos en hierro como morcilla, carne roja y mejillones.
- Vitamina D: esta vitamina contribuye, entre otras cosas, al buen funcionamiento del sistema inmunológico y permite que la hormona T3 actúe penetrando en el núcleo de las células. Se encuentra en alimentos como pescados grasos (especialmente el hígado de bacalao) y productos lácteos enteros.
Es importante tener en cuenta que algunos alimentos deben consumirse con moderación debido a su impacto en la tiroides. Los repollos, especialmente cuando se consumen crudos, contienen sustancias que inhiben la absorción o acción del yodo. El consumo excesivo de soja puede interferir con la síntesis de hormonas tiroideas en varios niveles. Los espinacas, debido a su contenido de ácido lipoico, podrían afectar la tiroides y los tratamientos tiroideos.
Consejos adicionales para controlar el peso en el hipotiroidismo
Además de una alimentación equilibrada, hay otras medidas que se pueden tomar para controlar el peso en el hipotiroidismo:
- Aumentar el consumo de proteínas: la carne, el pescado y los huevos son alimentos ricos en proteínas que ayudan a mantener la saciedad, promover la masa muscular y aumentar el metabolismo basal.
- Moderar el consumo de carbohidratos: reducir la ingesta de carbohidratos puede disminuir la ingesta energética y favorecer la pérdida de peso. Se recomienda consumir cantidades controladas de alimentos ricos en carbohidratos, como cereales integrales y legumbres, que tienen un índice glucémico bajo a moderado.
- Consumir verduras en cada comida: las verduras son alimentos bajos en calorías pero ricos en fibra, lo que ayuda a sentirse saciado sin consumir demasiadas calorías. Se recomienda incluir verduras en cada comida.
- Elegir grasas de calidad: las grasas son necesarias para mantener la saciedad, y algunas, como los ácidos grasos omega-3, no se almacenan en el cuerpo, sino que se utilizan directamente por las células. Se debe consumir aceite en cada comida (alternando entre aceite de colza o nuez y aceite de oliva) y se deben incluir dos porciones de pescado graso por semana.
- Realizar una merienda: hacer una pausa por la tarde permite distribuir mejor la ingesta energética a lo largo del día y ayuda a reducir la cantidad de alimentos consumidos en la cena.