Dolor muscular y cáncer: todo lo que necesitas saber
El cáncer es una enfermedad que puede causar una variedad de síntomas, entre los cuales se incluyen el dolor muscular o mialgia. Este tipo de dolor puede ser constante o intermitente, y puede variar en intensidad desde leve hasta severo. Si no se trata adecuadamente, el dolor muscular puede afectar la calidad de vida del paciente, limitar sus actividades diarias y hasta potenciar otros efectos secundarios del cáncer. Por ello, es esencial entender las causas y los tratamientos disponibles para manejar el dolor muscular asociado al cáncer.
¿Qué causa el dolor muscular en pacientes con cáncer?
El dolor muscular en pacientes con cáncer puede ser causado por varios factores. En algunos casos, el cáncer mismo puede provocar dolor muscular. Por ejemplo, los tumores que se originan en un músculo, como algunos tipos de sarcoma de tejido blando, los tumores que comprimen un músculo, y los cánceres que hacen que el cuerpo produzca demasiados glóbulos blancos, como algunos tipos de leucemia, pueden causar este tipo de dolor.
Además, los tratamientos para el cáncer también pueden causar dolor muscular. Algunos tipos de quimioterapia, los inhibidores de la aromatasa, otros tratamientos hormonales, la terapia dirigida, la inmunoterapia, y la radioterapia pueden causar este efecto secundario. En general, el dolor muscular desaparece cuando termina el tratamiento. Sin embargo, en algunos casos, el dolor muscular puede ser un efecto tardío, lo que significa que se presenta meses o años después de que finaliza el tratamiento contra el cáncer.
Otros medicamentos utilizados para tratar los síntomas relacionados con el cáncer u otras afecciones también pueden causar dolor muscular. Algunos ejemplos de estos medicamentos incluyen los factores de crecimiento de leucocitos, los bifosfonatos y los medicamentos para el colesterol, también conocidos como estatinas.
Finalmente, los efectos secundarios relacionados con el cáncer, como la fatiga, la debilidad muscular, la depresión, los calambres y la deshidratación, pueden causar o empeorar el dolor muscular. Es importante hablar con el equipo de atención médica sobre cualquier efecto secundario que se presente para que puedan brindar alivio.
¿Cómo los médicos diagnostican la causa del dolor muscular?
Para diagnosticar la causa del dolor muscular, el médico hará preguntas sobre los síntomas y los antecedentes médicos del paciente. Estas preguntas pueden incluir dónde se siente el dolor, si el dolor se interrumpe y comienza, cuánto tiempo ha durado, cómo se siente el dolor, qué mejora o empeora el dolor, si el dolor causa problemas con las actividades cotidianas, y qué otros síntomas, como debilidad muscular, tiene el paciente.
Si el tratamiento contra el cáncer está causando dolor muscular intenso, el médico puede recomendar probar un tratamiento diferente, recibir menos tratamientos o recibir una dosis menor. Si la causa del dolor muscular no es clara o si el dolor no desaparece o empeora, es posible que se necesiten pruebas adicionales para ayudar a encontrar la causa. Estas pruebas pueden incluir análisis de sangre, exploración por tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM), y gammagrafía ósea.
¿Cómo se trata y se maneja el dolor muscular asociado al cáncer?
Cuando es posible, los médicos tratan la afección que está causando el dolor muscular. Existen varias opciones de tratamiento disponibles.
Una de las principales formas de manejar el dolor muscular es a través de medicamentos. Hay varios medicamentos que pueden ayudar a aliviar el dolor muscular. Estos pueden incluir analgésicos de venta libre, relajantes musculares, medicamentos esteroides, antibióticos y antidepresivos.
Además de los medicamentos, existen varias otras formas de manejar el dolor muscular asociado al cáncer. Estas incluyen masajes, fisioterapia, ejercicio, aplicación de calor o frío, y técnicas de relajación. En algunos casos, también se puede considerar la acupuntura.
Es importante recordar que solo el paciente puede describir cuánto dolor siente y si un determinado analgésico está funcionando. Por ello, es fundamental comunicarse con el equipo de atención médica para asegurar un manejo adecuado del dolor.
Cáncer y dolor en la pierna
Uno de los tipos de dolor que puede experimentar un paciente con cáncer es el dolor en la pierna. Este puede ser un síntoma de cáncer de hueso. La Sociedad Americana de Cáncer explica que el dolor en el hueso es el síntoma más común de este tipo de cáncer. El dolor puede empeorar con la actividad física, como caminar, y puede volverse constante a medida que el cáncer progresa.
¿Cómo se puede prevenir el dolor muscular asociado al cáncer?
Aunque no existe una forma segura de prevenir el dolor muscular asociado al cáncer, hay varias acciones que se pueden tomar para reducir el riesgo de sufrir este síntoma. Estas incluyen mantener un peso saludable, seguir una dieta balanceada, hacer ejercicio regularmente, evitar o moderar el consumo de alcohol, vacunarse contra el papilomavirus humano y la hepatitis B, evitar la exposición solar excesiva y el uso de máquinas de bronceado artificial, y no consumir tabaco.
Señales de alerta
Existen varias señales de alerta que pueden indicar que un paciente con cáncer está experimentando dolor muscular. Estas incluyen debilidad muscular, fiebre, dolor alrededor de la cintura o el pecho, incontinencia urinaria, confusión, rigidez en el cuello, y adormecimiento y hormigueo en alguna parte del cuerpo. Si se experimentan estos síntomas, es importante buscar atención médica de inmediato.