Tomar café al despertar: el mal hábito que nos cuesta la energía
Muchas personas no pueden comenzar su día sin una taza de café caliente. Sin embargo, ¿sabías que beber café en la mañana puede no ser tan beneficioso como piensas?
¿Por qué es mejor evitar el café al despertar?
El café es conocido por su capacidad para despertarnos y aumentar nuestra energía. Su contenido de cafeína actúa como un estimulante del sistema nervioso central, lo que nos hace sentir más alerta y despiertos. Sin embargo, consumir café temprano en la mañana puede ser contraproducente.
Cuando nos despertamos, nuestros cuerpos producen naturalmente una hormona llamada cortisol, también conocida como la hormona del estrés, la cual nos ayuda a despertarnos y nos mantiene alerta y vigilantes. Tomar café en este momento del día puede interferir con los efectos del cortisol, lo que resulta en una disminución de su eficacia.
Además, beber café en la mañana puede provocar niveles elevados de cortisol y cafeína en nuestro sistema, lo que puede causar nerviosismo, transpiración e incluso ansiedad en algunas personas. A medida que avanza la mañana, los niveles de cortisol y cafeína comienzan a disminuir, lo que se traduce en una falta de energía y una sensación de fatiga.
El momento ideal para disfrutar del café
Aunque el café en la mañana puede no ser el mejor momento para disfrutar de esta bebida estimulante, eso no significa que debas renunciar por completo a tu taza de café diaria. El momento ideal para disfrutar del café es cuando sientas que tu energía comienza a disminuir, generalmente entre las 11 de la mañana y el mediodía.
En este momento del día, los niveles de cortisol han disminuido, lo que permite que la cafeína del café tenga un mayor impacto en nuestro cuerpo.
Al evitar el consumo de café al despertar, evitamos la interferencia con el cortisol y aseguramos que la cafeína tenga un efecto más duradero y beneficioso en nuestra energía y claridad mental.
¿Todos los cafés son iguales?
Cuando se trata de elegir el tipo de café, es importante tener en cuenta que no todos los cafés son iguales. El café robusta contiene más cafeína que el café arábica, lo que lo hace más fuerte y amargo. Sin embargo, el café arabica contiene más ácido clorogénico, un antioxidante que proporciona beneficios adicionales.
Varios estudios científicos han demostrado que el café arábica puede mejorar la memoria, la atención y la concentración, lo que no ocurre con el café robusta. Por lo tanto, si deseas obtener los máximos beneficios intelectuales del café, es recomendable optar por el café arábica. La dosis recomendada es de aproximadamente tres tazas al día, ya que más de seis tazas pueden tener efectos negativos en la salud.
Recuerda que no todos los cafés son iguales, y optar por el café arábica puede brindarte beneficios adicionales para tu salud mental y cognitiva. Disfruta de tu taza de café diaria de manera estratégica y aprovecha al máximo sus efectos estimulantes.