5 maneras por las que puedes contraer hepatitis C
La hepatitis C es una infección hepática causada por el virus del mismo nombre. Aunque a menudo pasa desapercibida debido a la falta de síntomas inmediatos, puede llevar a complicaciones graves si no se trata. Conocer las formas en que se puede contraer es esencial para la prevención y el cuidado de la propia salud.
El virus de la hepatitis C se transmite principalmente a través del contacto con sangre infectada. Las maneras más comunes incluyen compartir agujas o jeringuillas, recibir transfusiones de sangre antes de 1992 o someterse a procedimientos médicos sin la debida esterilización. También puede ocurrir por el uso compartido de artículos de higiene personal que pueden tener sangre, como máquinas de afeitar o cepillos de dientes, y en algunos casos, a través de relaciones sexuales sin protección, especialmente si involucran contacto con sangre.
Compartir agujas o jeringas
Compartir agujas o jeringas es una de las formas más comunes de contraer hepatitis C. Esta práctica es especialmente peligrosa debido a la naturaleza altamente contagiosa del virus, que se propaga fácilmente a través del contacto con sangre infectada. Aquí profundizamos en cómo el uso de drogas intravenosas está directamente relacionado con la propagación de la hepatitis C.
Uso de drogas intravenosas
El uso de drogas intravenosas (UDI) es una de las principales causas de la propagación de la hepatitis C. Las estadísticas muestran una relación alarmante entre estos comportamientos y la prevalencia del virus. Según un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud, se estima que aproximadamente 50 millones de personas en todo el mundo están infectadas con hepatitis C, y una gran parte de estas infecciones se deben al uso compartido de agujas entre usuarios de drogas.
En México, la prevalencia general de hepatitis C es del 0.38%, pero esta cifra aumenta dramáticamente entre los usuarios de drogas inyectables, especialmente en regiones fronterizas. De acuerdo con el Boletín de Hepatitis C del Segundo Trimestre de 2024, cerca del 40.8% de los casos reportados de hepatitis C en Puerto Rico se atribuyen al uso de drogas intravenosas. Esta situación subraya la importancia de las políticas de reducción de daños y programas de intercambio de agujas para combatir la transmisión del virus.
El compartir agujas no solo facilita la transmisión de hepatitis C, sino que también aumenta el riesgo de contraer otras infecciones transmitidas por la sangre, como el VIH. Estos datos refuerzan la necesidad urgente de abordaje y prevención en las comunidades afectadas.
¿Qué se puede hacer?
Programas de intercambio de agujas: estas iniciativas permiten a los usuarios de drogas obtener agujas estériles, reduciendo así el riesgo de compartirlas.
Educación y concienciación: informar a las comunidades sobre los riesgos asociados con el uso compartido de agujas y cómo prevenir la hepatitis C.
Tratamiento accesible: asegurarse de que los tratamientos para la hepatitis C sean accesibles y asequibles para todos, incluyendo a los usuarios de drogas.
Contacto con sangre infectada
La hepatitis C es una enfermedad del hígado causada por el virus de la hepatitis C (VHC). Este se transmite mayormente a través del contacto con sangre infectada. Hay múltiples formas en que una persona puede estar expuesta a sangre infectada, resultando en la posibilidad de contraer el virus.
Accidentes en entornos de salud
Los hospitales y clínicas son lugares donde ocurre una gran cantidad de interacciones con sangre. Los accidentes pueden suceder, y el personal de salud está especialmente en riesgo de exposición al VHC.
Ejemplos de accidentes en hospitales que pueden resultar en la transmisión del virus:
Pinchazos con agujas: uno de los accidentes más comunes en entornos de salud es el pinchazo accidental con una aguja que ha sido utilizada en un paciente infectado. Este tipo de accidente puede ocurrir durante procedimientos médicos, al desechar agujas o incluso durante la manipulación de instrumentos.
Cortes con material quirúrgico: instrumentos quirúrgicos como bisturís y tijeras pueden causar cortes accidentales. Si estos instrumentos han entrado en contacto con sangre infectada, existe un alto riesgo de transmitir el VHC.
Salpicaduras en los ojos o mucosas: durante ciertos procedimientos, la sangre puede salpicar accidentalmente en los ojos, nariz o boca del personal médico. Este tipo de exposición a las mucosas también puede ser una vía de transmisión del virus.
Manipulación de residuos biológicos: los residuos biológicos, incluyendo bolsas de sangre y otros desechos médicos, pueden contener sangre infectada. Si no se manejan adecuadamente, existe el riesgo de exposición y transmisión del virus.
Relaciones sexuales sin protección
Tener relaciones sexuales sin protección puede aumentar el riesgo de contraer varias enfermedades, incluyendo la hepatitis C (VHC). Aunque este virus se transmite principalmente a través del contacto con sangre infectada, es posible adquirirlo mediante relaciones sexuales, especialmente en ciertas condiciones.
Parejas múltiples y enfermedades de transmisión sexual
Tener múltiples parejas sexuales incrementa considerablemente el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual (ETS), incluyendo la hepatitis C. Al mantener relaciones con diferentes personas, se expone más al contacto con sangre, fluidos corporales y microlesiones que pueden ser vías de transmisión del virus.
Aumento de la exposición: más parejas significa mayor posibilidad de entrar en contacto con alguien que tenga VHC y menores probabilidades de conocer el estatus de salud de cada persona.
Microlesiones: durante el acto sexual, especialmente en prácticas que involucren fricción o penetración, es común que ocurran pequeñas lesiones en la piel o mucosas, facilitando la entrada del virus.
Transmisión de madre a hijo
La transmisión de la hepatitis C de madre a hijo es una preocupación importante para las mujeres embarazadas infectadas con el virus. Aunque no es la forma más común de transmisión, es relevante entender cómo ocurre para tomar medidas y así proteger al bebé.
¿Cómo ocurre la transmisión?
La transmisión de la hepatitis C de madre a hijo suele ocurrir durante el embarazo o el parto. Esta forma de transmisión, también conocida como transmisión vertical, se da cuando el bebé entra en contacto con la sangre infectada de la madre:
Durante el embarazo: aunque es menos común, el virus puede atravesar la placenta y llegar al feto.
En el parto: es más probable que ocurra durante el momento del parto, cuando el bebé puede estar expuesto a la sangre de la madre.
Factores de riesgo
Algunos factores pueden aumentar la probabilidad de que la madre transmita el virus a su hijo:
Carga viral alta: las madres con una mayor cantidad de virus en su sangre tienen más probabilidades de transmitirlo.
Coinfección con VIH: la coinfección con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) aumenta el riesgo de transmisión.
Parto prolongado o complicado: las complicaciones durante el parto pueden aumentar el contacto del bebé con la sangre de la madre.
Prevención y cuidado
Aunque no hay una forma garantizada de prevenir la transmisión de madre a hijo, ciertas prácticas pueden reducir el riesgo:
Monitorización médica regular: es esencial que las mujeres embarazadas con hepatitis C tengan un seguimiento médico constante para controlar la carga viral.
Evitar procedimientos invasivos: cuando sea posible, es recomendable evitar procedimientos que puedan aumentar la exposición del feto a la sangre materna, como la monitorización fetal invasiva.
Control del VIH: las madres coinfectadas con VIH deben seguir rigurosamente su tratamiento antirretroviral para disminuir la carga viral de ambos virus.
Seguimiento del recién nacido
Después del nacimiento, es crucial controlar la salud del bebé para detectar cualquier indicio de infección:
Pruebas de hepatitis C al nacer: se recomienda realizar pruebas de hepatitis C al bebé a las pocas semanas de nacido y nuevamente a los 18 meses.
Consulta médica regular: es importante que el bebé tenga consultas médicas regulares para monitorear su desarrollo y estado de salud.
Tatuajes y piercings no higiénicos
La popularidad de los tatuajes y piercings ha crecido enormemente en los últimos años. Sin embargo, estos procedimientos pueden ser peligrosos si no se toman las precauciones adecuadas. Una de las principales preocupaciones es el riesgo de contraer hepatitis C debido a las prácticas no higiénicas.
Riesgos de los tatuajes no higiénicos
Cuando se trata de tatuajes, la higiene es crucial. Los tatuajes implican la perforación de la piel con agujas para inyectar tinta. Si las agujas no están esterilizadas adecuadamente, pueden transmitir el virus de la hepatitis C. Pero, ¿cómo ocurre esto?
Agujas contaminadas: si las agujas utilizadas no son desechables o no se esterilizan después de cada uso, pueden transmitir infecciones de una persona a otra.
Tinta contaminada: la tinta para tatuajes también puede estar contaminada si no se maneja adecuadamente. Cualquier cosa que entre en contacto con la piel perforada debe estar esterilizada.
Ambiente no limpio: un estudio de Tattoo Journal descubrió que los entornos no higiénicos aumentan significativamente el riesgo de infecciones.
Peligros de los piercings no seguros
Los piercings, al igual que los tatuajes, implican la perforación de la piel y, por lo tanto, presentan riesgos similares si no se siguen las prácticas higiénicas adecuadas. Los piercings en áreas sensibles como la boca, los genitales y el ombligo requieren aún más cuidado.
Equipos no esterilizados: un informe de Health NY.gov indica que los instrumentos de perforación deben ser desechables o esterilizados correctamente. El uso de equipos contaminados puede llevar a infecciones graves.
Infección cruzada: si el profesional usa los mismos guantes para diferentes clientes sin cambiarlos y lavarse las manos, puede transferir virus de una persona a otra.
¿Cómo evitar la hepatitis C al hacerse un tatuaje o piercing?
Evitar la hepatitis C es posible si se toman ciertas precauciones. Aquí hay algunas medidas que pueden marcar la diferencia:
Elegir un establecimiento con licencia: asegúrese de que el lugar donde se va a realizar el procedimiento tenga las certificaciones y licencias correspondientes.
Ver el proceso de esterilización: no dude en pedir al profesional que le muestre cómo esteriliza el equipo.
Usar agujas nuevas: verifique que se utilicen agujas nuevas y desechables para su tatuaje o piercing.