La elección de las cortinas podría aumentar el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer
La vida moderna se caracteriza por la omnipresencia de la luz artificial, que ilumina nuestras ciudades incluso durante la noche. Si bien esta iluminación constante puede tener beneficios, como la disuasión del crimen y la mejora de la seguridad vial, los científicos advierten que también conlleva consecuencias ecológicas, de comportamiento y de salud. Uno de los hallazgos más preocupantes es la posible relación entre la contaminación lumínica y el aumento del riesgo de desarrollar Alzheimer, especialmente en personas menores de 65 años.
La conexión entre la contaminación lumínica y el alzheimer
Investigadores estadounidenses han descubierto que la exposición excesiva a la luz durante las «horas de oscuridad» puede aumentar el riesgo de Alzheimer de una persona, especialmente en los más jóvenes. De hecho, encontraron que la exposición a la luz exterior por la noche podría aumentar la prevalencia de demencia más que cualquier otro factor de riesgo para las personas menores de 65 años.
El estudio analizó mapas de contaminación lumínica de 48 estados estadounidenses y datos médicos sobre diversos factores de riesgo conocidos o presuntos del Alzheimer. Los hallazgos mostraron que, para las personas de 65 años o más, la prevalencia del Alzheimer se correlacionaba más fuertemente con la contaminación lumínica nocturna que con otros factores de riesgo, como el abuso de alcohol, la enfermedad renal crónica, la depresión y la obesidad.
Sin embargo, para las personas menores de 65 años, los investigadores descubrieron que una mayor intensidad de luz nocturna se asociaba con una mayor prevalencia de Alzheimer que cualquier otro factor de riesgo examinado en el estudio. Esto sugiere que los más jóvenes pueden ser «particularmente sensibles» a los efectos de la exposición a la luz durante la noche.
Los investigadores creen que podría deberse a diferencias individuales en la sensibilidad a la luz. Factores genéticos que influyen en el Alzheimer de inicio temprano podrían afectar la respuesta a los factores de estrés biológico, lo que podría explicar una mayor vulnerabilidad a los efectos de la exposición a la luz nocturna.
Además, los jóvenes tienen más probabilidades de vivir en áreas urbanas y tener estilos de vida que aumentan su exposición a la luz por la noche. Esto los hace más susceptibles a los efectos perjudiciales de la contaminación lumínica.
Los investigadores esperan que estos hallazgos ayuden a educar a las personas sobre los posibles riesgos de la luz nocturna, especialmente para aquellas con factores de riesgo de Alzheimer. Sugieren que hacer cambios de estilo de vida sencillos, como usar cortinas opacas o dormir con antifaces, puede ser una forma efectiva de reducir la exposición a la luz.
Aunque el estudio se centró en la exposición a la luz exterior, los investigadores señalan que la luz interior también puede ser importante. La luz azul tiene el mayor impacto en el sueño, por lo que usar filtros de luz azul, cambiar a luces cálidas y instalar reguladores de intensidad en el hogar también podrían ayudar a reducir la exposición a la luz.
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